De tentadero en El Castañar

Ayer tocaba tentadero. Fui a lo del Conde de Mayalde, concretamente a El Castañar, en Mazarambroz (Toledo), donde Rafael Finat, el Conde, tiene todas las vacas y los sementales. El fincón es impresionante, tiene hasta un castillo dentro y allí te sientes en plena naturaleza; de hecho, está lleno de animales de caza mayor…

La pena fue que apenas pude torear una vaca. Una vaca yo y otra mi compañero de tentadero, Sergio Aguilar. Hizo tanto viento que tuvimos que posponer la tienta de otras cuatro vacas que había encerradas. Es una pena porque las dos primeras se dejaron mucho y habríamos disfrutado, pero la verdad es que con el vendaval que soplaba no hubo más remedio que suspender.

Arrancamos sobre las tres de la tarde el tentadero, por lo que comimos ligerito de camino -un bocata a media mañana-, pero el Conde, al verse obligado a suspender aquello y ver la cara de hambre que traía, nos invitó a una buena merendola. La verdad es que me puse "morao" de comer tortilla, carne de ciervas criadas en la propia finca… ¡y hasta crepes de chocolate! Torear no sé, pero "jalar" lo hice a base de bien… ¡jaja!

Lo que más pena me dio de todo es que llevaba conmigo a un chaval de la Escuela de Albacete que quiere ser torero y me ha demostrado tener una afición enorme. Se llama José Ignacio Rodríguez y, visto lo visto, no pudo pegar ni un muletazo. Son los riesgos que hay que asumir cuando uno va de tapia… De todos modos, volveré a llevármelo al campo en cuanto pueda. Dice el refrán que "es de bien nacidos, ser agradecidos" y, al igual que a mí me llevaron los profesionales en mis comienzos, ahora que yo puedo echar una mano lo hago con quienes veo que entrenan con más ganas.

Mañana por la noche me voy a Jaén, concretamente a Villacarrillo. Marcho para recoger un premio, la "Muleta de Plata", por una faena que hice este año toreando allí a un toro de Lagunajanda que a punto estuve de indultar. En cuanto acabe con ese acto, iré a Alcaudete de la Jara (Toledo), donde toreo el domingo un festival con César Jiménez, José María Lázaro y el novillero Francisco José Espada.

Ya veremos qué tiempo hace porque anuncian agua y viento… Lo sé porque siempre que toreo, en el campo o en la plaza, me meto en varias páginas de Internet para saber por dónde van a ir los tiros. Y los tíos aciertan casi siempre. De hecho, a lo del Conde iba con poca moral porque ya había visto que el frío y el viento no iban a dar tregua…

Por cierto, por torear el festival de Alcaudete me perderé uno de los días del año que mejor me lo paso. El caso es que tengo un amigo, que es como mi hermano, Juanra, que cada temporada me lleva a matar un par de gorrinos a una granja muy próxima a Albacete. A mí siempre me deja matar uno y luego me quedo echando una mano para limpiar al animal y todas esas cosas. Es un día de mucho trabajo -por la mañana, con el hielo, a primera hora, se matan los animales, y no se para en todo el día- pero también lo pasas en grande porque estás rodeado de amigos y echas un día bueno y de comer bien. Además, siempre salgo de allí con unas cuantas ristras de longanizas y chorizos, salchichón, jamón… y "guarra", que es una especie de longaniza con un toque picante que le da un sabor cojonudo…

De todos modos, conforme acabe de torear me iré para allá porque seguro que aún me da tiempo de llegar a la cena, que suele ser un arroz caldoso con pollo y conejo del campo. Todo natural y todo bien rico. Así da gusto…

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