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Desdichado pliego

Si la semana pasada nos preocupaba Madrid, esta cabe decir nos ¡desilusiona Madrid! Entonces preocupaba lo que podía ser el nuevo pliego de Las Ventas, no eran buenos los rumores, atufaban a más de lo mismo y por ende preocupaba el futuro de Las Ventas que lleva implícito el futuro del toreo; ahora cabe decir abiertamente que ha desilusionado, el pliego en sí y las gentes que lo han elaborado. Confirmados los rumores, pues. No han entendido lo que se jugaba el toreo con este pliego, no han comprendido o no han querido comprender la situación actual de la Tauromaquia que necesita apoyo, promoción, amplitud de miras, mesura y las dosis de libertad empresarial necesarias para que aflore el talento. Es una conclusión evidente visto lo que han traído los pliegos intervencionistas de los últimos años, con los que se han perdido cinco mil quinientos abonos que, si multiplicamos por los treinta festejos feriales, es justo lo que va del esplendor a la decadencia. La obsesión intervencionista llega al punto de establecer el precio de las copas en los bares de la plaza y penetra definitivamente en el territorio del absurdo si tenemos en cuenta quién lo redactó, de dónde viene esa filosofía. Ni la izquierda más radical llegaría a esos extremos.

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