Diego Garteiz junto a Manuel Chopera
La plaza de toros de Vista Alegre de Bilbao vuelve a abrir sus puertas con una nueva imagen. A lo largo de estos últimos meses se han llevado a cabo varias reformas en el coso bilbaíno para darle la apariencia y la funcionalidad que estrenará el próximo 19 de junio.
El arquitecto Diego Garteiz ha sido el encargado de realizar el proyecto de reforma que, según asegura, “era necesario. Vista Alegre tenía problemas de filtraciones que estaban afectando a la estructura y acabarían comprometiendo la estabilidad del edificio. Gran parte de la inversión se ha destinado a reparaciones estructurales y detener el deterioro mediante la impermeabilización de todo el graderío”. Otra de las reparaciones pasa por cambiar las celosías de hormigón por unas nuevas e idénticas a las antiguas, “ya que se encontraban en muy mal estado provocando la caída de materiales a la calle”, explica.
Además de corregir estos deterioros, también se han llevado a cabo algunas reformas para mejorar algunos aspectos concretos de las instalaciones, tales como “la zona del apartado, sala de prensa, taquillas, se aumenta el número de bares para dar un servicio más rápido… Respecto a la accesibilidad, seguirá siendo la misma. La plaza se hizo con la normativa vigente en aquel momento que era de 1935, las escaleras y distancia entre filas seguirá siendo la misma, y para cambiarlo habría hecho falta una reforma estructural del edificio”. Esto supondría, continúa, “una inversión difícil de amortizar”. Si ha mejorado, en cambio, la comodidad “mediante la incorporación de asientos flexibles en lugar de los rígidos anteriores”.
La reforma incluye un completo lavado de cara del coso: “Los acabados son de colores claros y de fácil limpieza, y también se ha colocado una nueva iluminación mediante luces LED. Creo que la nueva imagen de las galerías interiores, acompañado del aumento de bares, invitará a que se genere más actividad”, comenta Diego Garteiz. Este podría ser el cambio que más aprecie el público, “una imagen más moderna y cercana a los gustos actuales. Me gustaría que la plaza se convirtiese en un lugar donde la gente vaya con más calma y que se generase actividad después de los festejos. Muchos escapan antes de que termine el sexto. Creo que puede ser un buen lugar de encuentro para los aficionados”.
A raíz de todos estos cambios, ¿podría convertirse la plaza en un edificio multiusos? “Lo que va a hacer que sea multiusos es el domo desmontable que está previsto instalar en el ruedo para realizar todo tipo de eventos durante todo el año”. Sin embargo, incide, “la utilización del graderío durante el invierno no está prevista, ya que para ello debería cubrirse la plaza”.
Según opina el arquitecto sobre la utilización de los espacios taurinos para otro tipo de actividades, “parece lógico que las plazas de toros acaben siendo multiusos. Creo que hoy en día no tiene sentido una inversión tan grande como la que supone una plaza de toros para usarla unos pocos días al año, y con la gran variedad de soluciones desmontables y graderíos telescópicos que hay en el mercado, se pueden conseguir fácilmente edificios con múltiples configuraciones, cambiando de una a otra en tan solo unas horas”.
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