Con su debut este domingo en el coso sevillano, el novillero dinástico asume uno de los mayores compromisos de su carrera. Será la cuarta generación de los Silveti que cruce el anillo maestrante.
A tan sólo unos días de asumir una de las citas más importantes en la carrera de cualquier torero, el novillero Diego Silveti se muestra tranquilo. Este domingo, el mexicano hará su presentación en la Maestranza sevillana. "Estoy muy ilusionado porque se cristaliza un sueño que tengo desde bien pequeño y lo importante es que llega en un momento muy bueno, tanto a nivel personal como profesional", garantiza el torero, que añade: "Al mismo tiempo soy consciente de todo lo que me puedo llegar a jugar. Sé lo que representa y lo asumo con esa naturalidad. No quiero sentirme presionado pese a ser una de las plazas que más marcan. Trato de vencer los miedos, los nervios... y dejarme llevar. Ese día quiero que mi toreo flote con total relajación y que los aficionados puedan disfrutar con él. Sería mi mayor satisfacción".
Este compromiso supondrá la decimosegunda novillada que lidie en España desde que debutara con caballos la pasada temporada. Pero como él mismo ratifica, llega en el mejor momento. "Lo digo de veras. Me he preparado mucho, estoy muy mentalizado y siento que debe ser ahora. Esta oportunidad no se puede dejar escapar. Además, tengo mucha fe puesta en la novillada de El Serrano y, junto a mis compañeros José María Arenas y José Arévalo, creo que formamos un cartel bastante atractivo y variado".
Inevitablemente, ver su nombre anunciado en el coso del Baratillo hace recordar una de las dinastías más importante del toreo azteca. "Asumo con naturalidad el apellido Silveti y, aunque no escogí pertenecer a esta estirpe, para mí es un enorme orgullo. Sé que la expectación que genera es grande, pues siempre se tiende a las comparativas, y más cuando mis antecesores han toreado en esta plaza. Pero yo soy Diego y quiero marcar mi propia historia, mi propia línea. El domingo, en el ruedo de la Maestranza, habrá dos toros y frente a ellos estará Diego, no mi padre, ni mi abuelo, ni mi tío... Seré yo quien deba dar la cara. Tanto los éxitos como los fracasos tendrán un único causante: Diego Silveti".