8 de julio de 2010

Disgustado tras Pamplona

Juan del Álamo
martes 13 de julio de 2010

Esperaba mucho más de mi paso por los sanfermines. Me hace falta escuchar todos los consejos que me brinden los profesionales para aprender a matar de verdad…

Esperaba mucho más de mi paso por los sanfermines. Me hace falta escuchar todos los consejos que me brinden los profesionales para aprender a matar de verdad. El otro día, si entra la espada, seguramente le habría cortado una oreja a cada novillo y habría salido a hombros, con todo lo que eso significa. Es cierto que salí en los dos novillos con la misma entrega y decisión, pero también es verdad que no estoy en condiciones de dejar escapar triunfos en plazas de tanta repercusión. Lo del otro día no fue culpa de la espada, es culpa mía. Soy de los que piensa que a la hora de entrar a matar manda más la técnica que el corazón porque, como no sepas sincronizar los movimientos, ya puedes tirarte encima del toro que no lo vas a matar. Y esa técnica tengo que aprenderla. ¡Y cuanto antes además!

Precisamente por eso después de torear en Pamplona me vine al campo, a El Villar de los Álamos, la finca de mi apoderado Guillermo Marín, y me puse a entrenar para intentar pulir todos los defectos que tengo, que son muchos.

También me escapé una mañana a Madrid para comprar una espada que me hacía falta y aproveché para llevar varios chalecos a mi sastre, Justo Algaba. A ver si entre la nueva espada que he comprado y lo que me estoy machacando con el carretón logro coger el sitio…

Quitando el disgusto de Pamplona, me apetece escribir otra vez sobre las emociones que me hizo sentir ayer la Selección Española de Fútbol. ¡Ya estamos en la final del Mundial! Vi el partido en la finca con los padres de Guillermo y la verdad es que todos disfrutamos del recital que dieron los nuestros. Viví todo con cierta tranquilidad porque viendo cómo jugaba España tenía claro que íbamos a ganar. Por eso tengo que reconocer que fue más emocionante el partido contra Uruguay y, puestos a elegir, me gustaría que la final contra Holanda fuera igual de emocionante, con prórroga y penaltis si puede ser, eso sí… siempre y cuando luego haya final feliz y gane España. ¡Faltaría más! ¡Podemos!

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