En Valencia ha habido los últimos días movidas de significación bien diferente. El Soro oficializó su reaparición en Xàtiva con el eco propio de las cosas de El Soro…
En Valencia ha habido los últimos días movidas de significación bien diferente. El Soro oficializó su reaparición en Xàtiva con el eco propio de las cosas de El Soro y la preocupación de quienes conocemos su coraje y sus condiciones físicas que es combinación que en este caso no me gusta. El hombre está empeñado, ha superado los peores pronósticos médicos, se ha puesto por montera las recomendaciones de los amigos más prudentes, se ha desgañitado pidiendo, hasta ha desbarrado quejándose de abandono… y ha acabado saliéndose con la suya, así que no queda más remedio que valorarle el esfuerzo, reconocer que llegar hasta donde ha llegado tiene un enorme mérito, desearle la mejor de las suertes, respaldarle en lo que se le pueda respaldar y rezar para que en la plaza, ahí depende sólo del toro y de la santa providencia, suceda lo mejor. Será en Xàtiva, el 17-A. Él pide que no falte nadie.
Coincidente en el tiempo, sólo en eso, en las páginas de política de los medios, una representante de Izquierda Unida, Esquerra Unida en Valencia, anunciaba la presentación de una proposición no de ley en las Corts para prohibir los bous al carrer, además de despacharse en los medios con una serie de puyazos a los toros de plaza y recurrir a las cantinelas de siempre sobre las subvenciones al toreo en esa táctica que asegura que una mentira mil veces repetidas, acaba creyéndose como si fuese una verdad. La historia, por cierto, es un adelanto de lo que podría ser la llegada de un tripartito a los puestos de responsabilidad. Ya se vio en Barcelona. Lo mejor de este penúltimo capítulo, ha sido la rapidez con la que se han desmarcado de tal iniciativa los otros partidos y hasta sus propios compañeros de formación en Castellón. Nos carga de moral.
