El arte no defrauda en Aranjuez

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Aranjuez, 6 de septiembre de 2025

Inauguró la tarde un toro de Juan Manuel Criado, abrochado de cara y de entripadas hechuras. Embistió recto en los primeros capotazos genuflexos de Morante de la Puebla. Le consintió que no se saliera de lo vuelos para ir ganando terreno hacia delante. Bien picado. En la muleta desarrolló obediencia, el maestro la aprovechó para ir enroscándoselo hasta firmar unos naturales en redondo antológicos. Por el derecho también logró muletazos ajustado, arrebujados, en redondo. El final tuvo la chispa de la improvisación con una torería increíble. Estocada corta y un golpe de descabello.

Tuvo que ser apuntillado el cuarto ante la incapacidad de los cabestros para devolverlo a corrales. Antes de volver a los corrales, el de Criado embistió diez veces repitiendo por abajo que dio gloria verlo aunque fuera en el capote de los peones. Morante recibió al cuarto con lances genuflexo, el sobrero de Ribeiro Télles que hacía soñar con aquel natural de Nazaré. Éste solo tenía la cara bonita. Embistió muy violento en los lances. Morante salió con la espada de verdad para abreviar con el mulo portugués. Pitos.

El segundo fue un toro sardo de preciosa cara. Humilló desde que remató en los burladeros. Juan Ortega montó un taco con el capote: unas verónicas genuflexas dieron pie a otras en pie meciendo los brazos con los pies asentados. Hasta seis monumentales lances que se remataron con una cordobina abelmontada. Los tendidos enloquecieron por la fibra del saludo que encontró la tecla del temple en cada embroque. El quite fue por gaoneras -largo para la entrega sin medida del toro, que tenía un gesto especial en la embestida-. En la muleta duró un suspiro. El inicio sentado en el estribo fue excepcional. Ortega planteó una faena tan asentada como estética, con cites dando el pecho y muletazos sueltos soberbios. Dos desarmes descompusieron el conjunto. El toro lo tuvo fuelle suficiente. Pinchazo y estocada. Saludos.

Juan Ortega revalidó su idilio con Aranjuez donde por San Fernando logró por primera vez en su carrera como matador los máximos trofeos. El quinto no le permitió torear de capa pero logró cuajarlo con la muleta bajo los sones de Caridad del Guadalquivir. El acompasado inicio tuvo arte en mayúsculas. Hubo momentos muy emotivos, especialmente al natural. Al toro de Criado le faltó ritmo y un tranco. Aun así el sevillano logró ralentizarlo con su toreo de vuelos. Gran estocada. Dos orejas.

En tercer lugar salió un toro de Juan Manuel Criado que perdió repetidamente las manos por lo que fue devuelto. Antes había humillado en los sutiles delantales de Pablo Aguado que remató con una preciosa media. En su lugar salió un sobrero regordío de Núñez del Cuvillo con buena intención pero sin fondo para desarrollarla. Aguado acarició la embestida encontrando embroques extraordinarios. Faena de gusto, de temple. Lujo en la naturalidad de su toreo. Estocada.

El sexto embistió a topetazos en el capote de Pablo Aguado. Ivan García cuajó un tercio de banderillas extraordinario. En la muleta rompió el toro a embestir, con cierta informalidad pero agradecido al buen trato de Aguado que fue tejiendo carteles de toros tanto en el toreo accesorio como en el fundamental. Hubo naturales excepcionales, acompañando la embestida con el pecho sin perder la armonía de su toreo. El final a dos manos tuvo un ayudado por bajo deslumbrante. Estocada.

Aranjuez (Madrid). Sábado 6 de septiembre de 2025. Corrida Goyesca del Motín. Toros de Juan Manuel Criado, Núñez del Cuvillo (3º bis) y Ribeiro Télles (4º bis). Correcta de presentación, de noble juego pero falta de fuelle. El sobrero de Cuvillo desfondado y el de Ribeiro Téllez, malo. Morante de la Puebla, oreja y pitos; Juan Ortega, ovación con saludos y dos orejas; y Pablo Aguado, oreja y dos orejas. Entrada: Tres cuartos de plaza. Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo a Pablo Guzmán, hostelero de Aranjuez.