Llegó a casa con su igloo caseta de piel, a juego con su perro. Una belleza. Ella. El perro: un chiguagua de mirada asustadiza con el que hice todo lo posible por llevarme bien. Le hablaba y eso. Pero hay cosas que son muy de Guerrita: lo que no puede ser no puede ser. Y además, es imposible. Con las que uno ha pasado que alguien del género contrario o complementario ocupe espacio y tiempo en la república independiente de tu casa, es una cosa admisible. Que un chiguagua se ponga un apartamento, por muy igloo a juego con su pelaje que sea, es otra cosa. Traté de arreglarlo. Palabra. Primero con el perro: uno de los dos sobra. Me contestó que yo. En mi propia casa y en pelotas. Es indignante, le dije a ella. Pero supe pronto, luego de este affaire de fronteras, que ni con un diplomático de carrera lo iba a arreglar. La mirada de ella hacía juego con la del perro.
Lea el artículo completo en su revista APLAUSOS
Madrid volvió a rendir un sentido homenaje a la memoria de Joselito El Gallo con…
Tomás Rufo paseó una oreja del buen tercero, que le volteó en la sexta de…
José María Manzanares perdió una merecida oreja tras dejar un pinchazo hondo al entrar a…
Tomás Rufo recibió un tremendo volteretón al cambiarse la muleta a la mano izquierda y…
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no quiso perderse el cartelazo…
Luis Pasero sustituirá al convaleciente Jesús Moreno en la semifinal del Circuito de Madrid que…