Otra semana con miga. Empezó la noche del domingo en La México. ¡Qué bien torea Morante! y qué poco embisten aquellos toros, también qué poco imponen. Me sigo preguntando cómo se pondría esa plaza con un toro bravo embistiendo con brío. Ni grande ni chico, solo embistiendo, que es la primera obligación del toro. Dejarían de levantarse a por palomitas. Eso seguro. Tan seguro como que Morante torea como nadie, si acaso como los ángeles. Si toreará bien que emociona sin toro. Eso solo está al alcance de los elegidos. Es uno de los indicadores que sirven para catalogar a los toreros. En otros casos o emociona el toro o te matan de aburrimiento…
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