Hasta bien entrada la madrugada, en su habitación del hotel Wellington, Morante de la Puebla recibió decenas de visitas, entre ellas y una de las que más simpatía despertó a cuantos estaban allí fue la de un niño llamado Juan, hijo del cantaor Juan Carrasco "Juañarito", que acudió al encuentro con el maestro con su capotillo. Morante, cariñoso y cercano con el joven torero, le preguntó su nombre y tras darle un beso, el chiquillo se aventuró a decir que le gustaba mucho torear y le preguntó: "¿Te puedo enseñar como toreo?", a lo que Morante accedió con un "venga" acompañados de los "bieeeen" que jaleaban los lances del niño.
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