Cautiva dentro y fuera de la plaza. Torero de altos y bajos, pasional, sincero, más profundo, más roto, más Finito que nunca. No hay medias tintas, no hay más normas que su sensibilidad siempre a flor de piel. Un estilo propio. Tras toda una vida en los ruedos, Finito de Córdoba busca lo sublime cada vez que se viste de torero. Sin objetivos, sin buscar nada más que el disfrute propio que no es otra cosa que la felicidad de los aficionados y de su legión de partidarios. Torero distinto. Su personalidad se encuentra ahora más viva y más marcada que nunca. Se lo puede permitir y se lo permite. Torero para disfrutar. Habla con pausa pero muy claro. No se esconde.
- “Ahora sólo busco disfrutar y no siento la fuerza de esa presión que me atenazaba. Recuerdo que antes llegaba al patio de caballos de Madrid y me hundía”
- “Es mejor decir las cosas y no callarte. Si alguien cree que por no decir lo que todos los toreros pensamos, van a respetarle más o va a torear más, está muy equivocado”
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