"Ha sido una feria muy importante, los burgaleses han respondido al reclamo del nuevo recinto que es una maravilla y de unos buenos carteles. Aquí hay pocos secretos, el éxito ha sido invertir en combinaciones atractivas y sobre todo mucho trabajo". De este modo refleja el empresario Carlos Zúñiga su primera impresión tras concluir la feria de San Pedro, que por vez primera regentaba Circuitos Taurinos. "Burgos era una feria que llevaba cuesta abajo varios años y esta temporada se ha demostrado lo que siempre he creído, que Burgos estaba dormida y que lo que requería eran buenos carteles y una empresa sería y trabajadora", afirma.
El coso se ha llenado a diario, con tres tardes de lleno. "Casi cuatro, porque tanto el día de La Quinta como el de los rejones hubo también mucho ambiente", expone el adjudicatario quien insiste: "A los burgaleses les ha gustado la programación y han acudido a los toros como hacía años que no ocurría. Esa es la mejor prueba de nuestro acierto".
Sobre lo acontecido en el ciclo, Zúñiga admite: "Todos los días ha ocurrido algo y eso el público lo ha valorado. Me apena lo acontecido con la corrida de La Palmosilla, pero con esa excepción, el resto de corridas han posibilitado espectáculos muy lucidos. La corrida de Capea fue muy brava y muy buena, con mucha calidad; en la de La Quinta hubo toros buenos también, en la de Bañuelos hubo un tercer toro con clase y a la de Terrón de rejones se le cortaron las orejas".
El empresario vallisoletano expone su satisfacción "por la acogida que hemos tenido en Burgos. La mejor prueba del éxito radica en la asistencia de público todos los días, en este espectáculo al público no se le puede fallar y eso hemos intentado". Ahora toca hacer balance y mirar al futuro: "Burgos tiene mucha vida y su afición está muy sana pero debemos cuidarla para no desilusionarla y esa es nuestra responsabilidad y nuestro objetivo de cara a los próximos ejercicios", concluye.
