No me olvido de Juli estas Fallas. Ha sido un ciclón. Incontenible en todos los palos. El hombre que desafió a Morante a torear despacio con la capa, el mismo que le añadió un tranco más a la verónica y hasta dos trancos más a la media...
No me olvido de Juli estas Fallas. Ha sido un ciclón. Incontenible en todos los palos. El hombre que desafió a Morante a torear despacio con la capa, el mismo que le añadió un tranco más a la verónica y hasta dos trancos más a la media. Sólo digo, sólo quería decir, que si todos quieren ser Juli o planean su toreo desde los planteamientos de Juli mal vamos y no quiero entrar a denostar el toreo de Juli, al contrario: a El Juli lo que es de El Juli. Mal vamos, digo, por la uniformidad a la que podría dar pie, porque no todos son capaces de hacer lo que hace Juli ni con la frecuencia con que lo hace Juli ni con la intensidad y ya saben… bienvenidos mis imitadores porque de ellos serán mis defectos… y ya son demasiados los que apuestan por sus formas y se quedan a la orilla de sus virtudes.
Cuando salga esta edición habrá comenzado la Magdalena, si no fuese por la rivalidad interprovincial se podría decir abiertamente que Fallas y Magdalena son una feria en dos, una potencia en el toreo, sesenta kilómetros de autopista no son nada. Este año en la Plana se estrena empresa y un modelo de feria más reducido, todos decimos que más ajustado a los tiempos y alejado del espíritu que la presidió durante décadas. Después de tantos años bajo la misma firma no debería ser malo un refrescón, al contrario, pero esa teoría la deben hacer buena los nuevos. Expectantes estamos.
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