Atención al toque de generala. Se acabó la argucia de refugiarse a la sombra de quien solapadamente fue señalado como responsable de todos los males que aquejan a la Fiesta. El Juli, que pese a todo sigue siendo el nombre más taquillero del toreo actual, ha tomado conciencia de que su liderazgo solo se autentifica y define en los ruedos y frente a los toros. El hombre estaba ya hasta la montera de llevar a cuestas los errores y triquiñuelas que dimanaban de la estrategia en común del extinto G10. Y del G5, con el que nada tuvo que ver pero que originó en los públicos una crispación incomoda para su carrera. No lo ha dicho explícitamente, pero se le entiende todo y ha decidido que cada palo aguante su vela y “en el ruedo nos veremos”.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1932
