(Foto: Mauricio Berho)Hoy hace el paseíllo en Mont de Marsan El Juli, junto a Enrique Ponce y Matías Tejela. Hablamos con el madrileño antes de su compromiso en una de las plazas donde es más querido y en la que vistió por primera vez un traje de luces.
Si un torero es el estandarte de Mont de Marsan es El Juli, que esta tarde hace el paseíllo junto a Enrique Ponce y Matías Tejela. “Es mi plaza talismán. Siempre me he sentido muy a gusto en ella. Allí debute de luces y siempre he profesado mucho cariño por su afición”, señala el diestro madrileño, quien subraya: “No sólo Mont de Marsan sino Francia en general ha tenido durante toda mi carrera mucha lealtad por mí y eso lo llevo muy adentro. Cada vez que toreo allí significa algo muy especial por todo lo que me han dado”.
En La Madeleine del pasado año, El Juli cortó las dos orejas a un toro de La Quinta, en lo que fue una de las faenas de referencia de toda la temporada. “Disfruté mucho esa tarde frente a un encaste distinto como es el de Santa Coloma, fue una faena muy redonda y muy sentida. Mont de Marsan me inspira muchas cosas, su público se lo merece todo y mi actitud es la de dar el máximo cada vez que me visto de torero allí”, recuerda El Juli, quien también conserva en su memoria “otras faenas importantes en esa plaza como la que cuajé a un toro de El Ventorrillo, otra a un toro de García Jiménez, incluso otra a otro toro de García Jiménez”.
En esta ocasión estoquea una corrida de Garcigrande. “Es una ganadería que me gusta mucho, tiene mucha movilidad y puede lidiar toros importantes. La temporada va muy bien, estoy asumiendo el peso que debo de asumir pero también hay muchos toreros buenos que están triunfando y dando la cara todas las tardes”.
