Morante de la Puebla, entregado y arrebatado en sus dos faenas, pasea una oreja del quinto tras negarle el palco la segunda. Ponce se va de vacío con el lote de menos opciones del encierro.
GALERÍA FOTOGRÁFICA DEL FESTEJO
Fotos: JOSERRA LOZANO
Enrique Ponce sorteó por delante un toro noble y manejable pero justo de fuerza. El valenciano anduvo templado, especialmente sobre la mano izquierda en una labor de buen tacto y manejo. Pulcra labor del torero de Chiva pero que careció de emoción por la desrazada condición del alcurrucén. Tras una media estocada y dos golpes de descabello fue aplaudido. No tuvo ninguna opción con el flojo cuarto. El valenciano trató de imprimir suavidad a un animal que perdía las manos con facilidad. Lo intentó todo pero su labor no tuvo mayor relieve.
Al colorado segundo le cuajó Morante de la Puebla un buen quite por chicuelinas. Faena instrumentada en los medios frente a un animal noble. Entregado y arrebatado, una abundante serie sobre la mano derecha rematada de un pase de pecho rodilla en tierra y un molinete fue lo más jaleado de su actuación. El mal uso de la espada dejó al sevillano sin premio. Se movió el quinto pero lo hizo sin clase y sin ninguna gracia en los primeros tercios. Morante se convenció a sí mismo y también a todos los presentes. Paciente y entregado, fue construyendo una faena a más que alcanzó su punto álgido en dos series al natural importantes. Reunidas, corriendo bien la mano. Mató de una estocada en la suerte de recibir, hubo petición de dos orejas que el palco dejó en una ganándose la bronca del respetable.
El Juli le cortó las dos orejas al tercero, un toro con bondad y movilidad de Alcurrucén. El madrileño, en un alarde de suficiencia, facilidad y técnica, acabó imponiéndose al toro. Series ligadas sobre la diestra, de mano baja y gobierno. A buen nivel al natural. Un final en terrenos de cercanías con seguridad, firmeza y aplomo caldeó aún más los tendidos. Coronó su labor de una estocada trasera. Al sexto le volvió a cuajar una notable faena en la que destacó la autoridad, la seguridad, la excelente técnica que atesora. Abundante labor vivida con entusiasmo en los tendidos. Un alboroto. Mató de una estocada que hizo rodar al toro rápidamente y a sus manos fueron a parar otras dos orejas.
Pontevedra, sábado 8 de agosto de 2015. Toros de Alcurrucén. Correctos de presentación. Obediente pero sin ritmo el primero; repetidor y humillador el segundo; distraído el noble tercero; flojo el cuarto; con movilidad el quinto; noble pero sin finales el sexto. Enrique Ponce, silencio y silencio; Morante de la Puebla, ovación con saludos y oreja tras aviso con petición de la segunda; El Juli, dos orejas tras aviso y dos orejas. Entrada: Casi lleno. Las peñas de la ciudad desplegaron en el tendido una pancarta que rezaba "Pontevedra taurina" bajo una atronadora ovación.
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El Juli, pleno en Pontevedra
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