Tal como escribe Francisco Mora en su libro “El Juli, el torero del siglo XXI”: “Se la jugó como un jabato. No salió por los chiqueros ni un solo novillo que le diera facilidades para hacer su toreo con cierta tranquilidad. Todo lo tuvo que conseguir a sangre y fuego. El tiempo tampoco ayudó, puesto que la tarde se presentaba desapacible y el aire molestaba como sólo lo hace en el ruedo de Las Ventas cuando las banderas se agitan en sus mástiles. Los novillos lo cogieron varias veces, algunas de ellas feamente y con clara peligrosidad, pero El Juli sacó a relucir su vena heroica y luchó como nunca.”
Recibido con una sonora ovación recogida desde los medios, la gesta del Juli comenzó con dos astados nobles pero flojos en los que sólo se pudo lucir en variados quites con el capote. En tercer lugar salió un novillo de Victorino Martín, casi un toro como había anunciado su criador, manso y desentendiéndose de la lidia que hirió de gravedad a El Formidable. El joven diestro se lució con un magnífico quite por faroles invertidos. El cuarto y sexto tampoco le sirvieron. Sin embargo, el gran triunfo llegó con el precioso castaño lidiado en quinto lugar perteneciente a la ganadería de Alcurrucén.
Tal como nos relataba nuestro compañero Luis García para Aplausos: “un novillo con cuajo y dos pitones. Un toro de provincias, al que El Juli saluda por apretadas verónicas e instrumenta unas chicuelinas invertidas y un floreo con el capote que ponen la plaza en pie. Con las banderillas tres pares para el recuerdo de los que todavía alcanzamos a ver a los grandes maestros del segundo tercio. Novillo con calidad en la muleta, que se encontró con un toreo serio y profundo, largo y templado, por arte y magia del arte que imprimió a todo su quehacer este superdotado que se llama Julián López “El Juli”. Y de nuevo el refrendo de otra colosal estocada a un enemigo de excepción. Orejas para el torero y vuelta para el astado de Alcurrucén".
Novillada en la que mató a sus seis novillos con seis estocadas, mostró un amplio repertorio de quites en todos sus oponentes y derrochó valor a raudales. Julián López “El Juli” realizó esta gesta sin haber llegado a cumplir los dieciséis años de edad, y cinco días antes de doctorarse en la plaza de toros de Nimes. Ambos festejos lo catapultaron a la fama.
Con lleno de “No hay billetes” en la novillada celebrada en Las Ventas. Se lidiaron novillos de El Torreón, El Pilar, Victorino Martín, Daniel Ruiz, Alcurrucén y El Pilar, todos pitados en el arrastre, salvo el de Alcurrucén, bravo y boyante que fue premiado con la vuelta al ruedo. Julián López “El Juli”, vestido con un terno azul turquesa y oro, nuevo en esta plaza, actuó como único espada con el siguiente balance artístico: ovación, ovación, silencio, ovación, dos orejas y ovación. Salió en hombros.
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