El magisterio de Enrique Ponce, puerta grande en Palencia

Autoritaria y firme faena de Miguel Ángel Perera, que pasea un trofeo del segundo de su lote. Talavante, silenciado en sus dos turnos.

FOTOS DE FÉLIX P. DEL FESTEJO

Fotos: FÉLIX P.

Enrique Ponce saludó una ovación tras pasaportar al primero después de una faena instrumentada en el tercio debido al molesto viento. El valenciano construyó una labor técnica, pulcra y sólida que tuvo en el gusto y la elegancia su principal virtud. Mató de una estocada ligeramente desprendida lo que hizo que el toro tardara en doblar. Se pidió la oreja que el palco no concedió. El valenciano cuajó una extraordinaria faena frente al cuarto, un toro poco picado que llegó con movilidad al último tercio. Ponce se impuso a él a base de técnica para luego hilvanar series presididas por el mando, el gusto y la belleza. Labor de aparente facilidad. Finalizó con doblones muy torero antes de una estocada casi entera y un golpe de descabello. Con la plaza entregada, paseó las dos orejas.

El segundo fue un toro manso y rajado. Miguel Ángel Perera lo intentó por todos los medios en una labor esforzada pero de nulo relieve y de muy pocas opciones de lucimiento. Lo mató de una estocada casi entera y fue aplaudido. Importante fue su faena al quinto, especialmente por el mérito que tuvo hacer el toreo en la corta distancia. El extremeño pisó terrenos de mucho compromiso con autoridad y firmeza. La faena, ejecutada en un palmo de terreno y sobre ambas manos. Coronó su actuación de una estocada y dos golpes de descabello y paseó una oreja con fuerza.

El tercero, pitado por su escasa presencia, fue un toro deslucido y con las fuerzas justas que no dio ninguna posibilidad a Alejandro Talavante que se esforzó frente a un animal que no quiso embestir. Mató de una estocada casi entera tras pinchazo. Lo intentó de todas las formas Talavante ante el sexto pero el toro, vacío de contenido, redujo la brillantez de las tandas que por ambos lados instrumentó el extremeño. Hubo algunos aplausos después de matar de pinchazo y estocada.

Palencia, jueves 3 de septiembre de 2015. Toros de Alcurrucén, bien presentados y de desigual comportamiento. Enrique Ponce, ovación con saludos tras petición y dos orejas tras aviso; Miguel Ángel Perera, palmas y oreja con petición de la segunda; Alejandro Talavante, silencio y palmas. Entrada: Dos tercios de plaza.

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