Es el taurino total. Y no debe andar muy lejos del taurino ideal. Un tipo culto, ambicioso, aficionado y muy curioso, poseedor de una gran memoria y buen conversador. El hombre que recorrió el toreo de costa a costa, por tierra, mar y aire, desde Alameda a Bogotá, pasando por Madrid, su cima. Torero, apoderado, empresario, ganadero… una tarea para cada edad y un triunfo en cada tarea. Portavoz de un espíritu coral, el de los Lozano, su familia. Sin ellos se haría difícil entender la historia del toreo moderno. Esta entrevista no es su testamento taurino pero convendría leerla y volverla a leer.
- “La bravura la lleva el toro en los ojos, en el comportamiento, es la acometividad que debe acompañarle en todo momento, es ese no descansar, es el toro que mueve la cola, es el deseo constante de pelea… Eso es bravura”
- “La situación de los ganaderos es muy grave. Se están quitando muchas vacas y eso va a repercutir en la Fiesta en tres o cuatro años, porque esto no se inventa. En ese tiempo veremos lidiar en las plazas de primera corridas con dos toros de éste, dos de aquél y dos del otro. Apúntalo. No habrá corridas completas”
- “Me resulta apasionante ver, cuando hay ocasión, cómo se le da una lidia distinta a cada encaste. No le puedes hacer lo mismo al de murube que al de santacoloma. Si el toreo lo ponemos en clave monotema, un estilo de embestir único, un método de torear único… yo, que me considero aficionado, me aburro”
Lea la entrevista completa en su Revista APLAUSOS
(Foto: Javier Arroyo)
