2 de mayo de 2011
Por Alberto AguilarPor Alberto Aguilar

El toreo y Sevilla, ¡qué maravilla!

Alberto Aguilar
viernes 06 de mayo de 2011

Estos días he estado disfrutando del toreo. Los triunfos de El Juli y Manzanares en Sevilla no sólo han sido importantísimos para ellos a nivel individual, sino que ambos han sido una grandiosa noticia para la Fiesta…

No pude ver en directo ninguna de las dos corridas, pero ya he visto resúmenes y reportajes y tiene todo una pinta fantástica. Menos mal que lo tengo todo grabado y en cuanto tenga un ratito libre disfrutaré todo en casa. Os escribo desde el polideportivo de San Fernando de Henares, donde acabo de echar con mi apoderado Denís Loré una partidita de pádel. Él y yo jugábamos en el mismo equipo y nos hemos enfrentado a El Moncho, un fenómeno, y el presi de mi peña de allí, Pedro Galán, al que le hemos dejado ganar porque el pobre hombre ya llevaba tres partidos seguidos sin conocer la victoria… La corrida del viernes de Sevilla no la vi porque estuve en el homenaje que se tributó en Madrid al maestro Gregorio Sánchez. Había que estar a su lado en un día tan señalado para él como ese. Luego, como el día 23 fue mi cumpleaños, mi mujer me preparó una cena y fiesta sorpresa a la que acudieron una veintena de amigos y familiares. Cenamos de categoría y después en la fiesta incluso llegué a tomarme dos deditos de whisky. Eso sí, no pienso deciros de qué tamaño eran los dedos… ¡jajaja! Al día siguiente fuimos a la ganadería de Pablo Mayoral, que dirige ahora su hermana Mara. Tienen una finca en El Escorial, pero nosotros estuvimos en otra que hay en un pueblo de Cáceres que se llama Serrejón. Íbamos a tentar cinco vacas pero en la tercera empezó a caer una chupa impresionante, un diluvio espectacular, y tuvimos que suspender el tentadero. Aun así, toreé tres vacas y seguí con mi preparación de cara a Madrid, que ya está a la vuelta de la esquina. Por cierto, allí mismo me empezaron a llegar mensajes y llamadas de toda mi gente contándome lo de Manzanares en la Maestranza. La verdad que llegué a emocionarme incluso antes de ver ninguna imagen, sólo imaginándome todo lo que debía haber pasado para que sucediera algo así… Ayer toreé un festival en Collado Villalba con dos novilleros, uno con picadores y otro que aún no ha hecho su debut con ellos: Eduardo Pereira y Jesús Martínez. Matamos novillos de Antonio San Román -por cierto muy mal arreglados porque apenas les quitaron punta- y a mi primero le corté las orejas. Después del mal sabor de boca de los últimos festejos me vino bien recobrar la moral, aunque todo ocurriera en un festival y en una plaza pequeña. Los próximos días voy a pasarlos tranquilito, en casa, entrenando, yendo al gimnasio, toreando de salón… muy concentrado porque se presenta un mes de mayo muy importante para mi temporada, empezando por la corrida de José Escolar del día 12 en San Isidro. Como veis, va a haber que guardar fuerzas…

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