Tras unas horas de descanso -acaba de regresar de torear-, Lea Vicens se muestra contenta, pero en ningún caso satisfecha. Es muy exigente consigo misma, muy perfeccionista y por bien que estén sus caballos y cuaje a sus toros, está convencida que puede torear más despacio, con más temple y mucho mejor.
Tras unas horas de descanso -acaba de regresar de torear-, Lea Vicens se muestra contenta, pero en ningún caso satisfecha. Es muy exigente consigo misma, muy perfeccionista y por bien que estén sus caballos y cuaje a sus toros, está convencida que puede torear más despacio, con más temple y mucho mejor. Por lo tanto, para conseguir más verdad, despaciosidad y temple, al tiempo que naturalidad, cada día, en sesiones de mañana y tarde, trabaja de doce a catorce horas. Un esfuerzo extraordinario, pero también reconfortante, que le hace sentirse motivada y feliz.
“El tercio de banderillas es donde se puede demostrar la capacidad lidiadora, intuición, ritmo, recursos y variedad de suertes”
“Cuando disponga del oficio y madurez suficientes, me haría mucha ilusión torear en Francia. También, cómo no, tomar la alternativa en Nimes. Es un sueño”
“Han salido las cosas bien cuando he toreado por lo que concluiré la temporada con treinta festejos, un número que me ayudará a mejorar”