Con una tauromaquia de más amplios registros, surgida de un toreo más rico, más reposado, más sereno y más maduro, Sebastián Castella ha logrado imponer una regularidad labrada con faenas importantes en cosos como Valencia, Pontevedra, Vitoria, Gijón, Beziers o por partida doble en El Puerto, sin olvidar la entidad de una obra señorial cuajada en Madrid a un toro de Victoriano del Río el último San Isidro. Con la ambición y el valor de siempre, el francés ha crecido en hondura y en plasmar un toreo que aúna elegancia, belleza y armonía.
- "No estoy de acuerdo con anteponer la entrega a la verdad, a la pureza, a la estética, a la armonía y a la propia belleza"
- “La infelicidad al igual que el miedo deben estar presentes para dialogar con ellos y ganarles la partida”
- “Uno de los problemas que tenemos los toreros es que creemos que crecemos muy rápido y en realidad crecemos en el momento que tenemos que hacerlo. Ni antes, ni después”
- “La faena al toro de Victoriano en Madrid supone un antes y un después artístico en mi carrera. Es de esas faenas que marcan una nueva dimensión”
(Foto: J. Arjona)
