La ruta natural más frondosa, escondida, amplia e histórica de Guipúzcoa está determinada por el río Urola, estandarte de un valle que es mucho más que un paraíso natural, capitaneado por el núcleo urbano de Azpeitia. En el fondo mismo de la provincia, rodeada de montañas, verdes prados y olor a siglos de esfuerzo, el municipio vive bajo los prismas de la industria siderúrgica y maderera, la tradición de una gastronomía sustentada en un sector servicios en crecimiento y en la llama siempre viva de su Basílica en honor a San Ignacio de Loyola.
Azpeitia es el punto angular del Valle de Urola, que conecta el interior de Guipúzcoa con la costa y con el eje entre San Sebastián y Bilbao
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