Dice Talavante en la entrevista que firma Íñigo Crespo en Aplausos de la semana pasada, que para ejercer de figura del toreo hay que ser “inteligente y cabrón” y no dejar pasar ni una. Viene a razonar el extremeño que, cuando está el toro de por medio, los toreros “no se perdonan nada”. Y apostilla que si hubiera un manual de la amistad, los toreros “lo estaríamos violando constantemente”. El simpático Alejandro, uno de los toreros con más personalidad de la actualidad, me ha hecho recordar muchas anécdotas, unas vividas y otras leídas, pero dignas de todo crédito, que le dan la razón. Ahí va una de primera mano.
