"Lleva una cornada en la espalda de 15 centímetros, le han puesto bastantes grapas, más los cuatro puntos que le han dado en el pene, pero ahí está como un tigre". Son las palabras que pronunció Luis Miguel Encabo, apoderado de Juan de Castilla, en los micrófonos de Telemadrid cuando su poderdante salía de la enfermería y se disponía a recibir al sexto toro de Dolores Aguirre a portagayola.
Juan de Castilla, que sufrió una cornada de 15 centímetros en la espalda que necesitó de varias grapas, sufrió también una herida inciso contusa en el pene que precisó de cuatro puntos de sutura además de varias contusiones tras una dramática y muy aparatosa cogida cuando comenzaba la faena de muleta al tercero de Dolores Aguirre. El torero colombiano fue prendido con saña por el tercero, que le lanzó gañafones tirándolo contra el suelo, momento en que el astado siguió volteándole rozándole los pitones las axilas, la cara y el resto del cuerpo, rasgándole la taleguilla a la altura de sus "partes nobles", que quedaron al aire.
No le importó al torero colombiano, que volvió a la cara del toro para continuar una labor de mérito y esfuerzo, ataviado con un pantalón corto por encima de la taleguilla. Dio una vuelta al ruedo pasando luego a la enfermería. Tras ser atendido, regresó al ruedo para lidiar al sexto, otro toro de Dolores Aguirre muy duro con el que el colombiano mostró mucha disposición.

