El Quiebro, por Ramón Bellver "El Blanco"

Encierro

Ramón Bellver 'El Blanco'
domingo 25 de mayo de 2014

Al fin pude ver “Encierro”, el documental que muestra esa parte más íntima del festejo popular más universal de todos los conocidos, y de la mano de varios testimonios que por propia experiencia están capacitados a contar y compartir experiencias…

Al fin pude ver “Encierro”, el documental que muestra esa parte más íntima del festejo popular más universal de todos los conocidos, y de la mano de varios testimonios que por propia experiencia están capacitados a contar y compartir experiencias. Por una u otra razón no había podido verlo y evidentemente hasta que no lo hiciese no quería opinar al respecto.

Los encierros de Pamplona, como cualquier otro festejo, encierran en su trastienda una liturgia, una tradición de siglos, una forma de vida e incluso me atrevería a decir que una religión. Mostrarlo al mundo exterior no es tarea fácil y creo que en este documental se consigue en gran medida. A lo espectacular de las imágenes se unen unas entrevistas sinceras y a veces melancólicas y desgarradoras que en resumen, hablan de cómo una persona puede llegar a jugarse la vida, que son palabras mayores, por una simple afición.

¿Qué es aquello que empuja a un ser humano a jugar con un potente animal de media tonelada? Ninguno de los entrevistados sabe bien por qué razón, pero todos coinciden en que el nivel de satisfacción es indescriptible cuando consigues la carrera soñada y que para entenderlo hay que sentirlo. Perfectamente se pueden igualar esas sensaciones a cualquier otra faceta que abarque el mundo del toro. Desde tiempos inmemorables el ser humano ha mostrado su valía delante de este magnífico animal que es el toro bravo. Admirado como un dios, esconde en sus astas y su físico un poder mortal que nos obliga a admirar a aquellos que logran bailar de una u otra forma con él.

Valor, superación, entrega, respeto, admiración, gallardía… todo esto y mucho más se refleja en la relación toro-hombre durante su encuentro. Valores que en pocas situaciones más se pueden dar en este mundo falto de verdad. Que un americano venga a España, se enamore del toro bravo y se convierta en un buen corredor, indica que la fiesta brava es totalmente ajena a culturas, razas e idiomas. Solo hace falta valor, respeto y afición. El resto viene sólo cuando te cruzas en el camino del toro. Es una de las grandezas de la fiesta, porque como bien dice uno de los entrevistados, al cual le tengo un respeto enorme, “cuando te enamoras del toro, es un amor para siempre”.

Y el problema que tienen ahora mismo en Pamplona es el mismo que en muchos otros sitios donde el toro es el protagonista de la jornada, la masificación de gente. Todos quieren formar parte de la contienda y demostrar sus cualidades, pero hay veces que habría que sacrificarse para beneficio de la Fiesta, tener paciencia y encontrar el hueco adecuado sin que ello afecte al toro de forma negativa.

Todo esto se puede apreciar en el documental “Encierro”, creo que le sirve al buen aficionado para ratificar sus sensaciones por su afición y poder demostrarse a sí mismo que lo que siente es una bendita locura que le pasa a mucha más gente. Al neófito le muestra un buen camino a seguir teniendo en cuenta que hay alegría y tragedia en este maravilloso mundo del toro bravo y que hay que estar preparado para todo.

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