Tras nueve años de ostracismo, Manuel Escribano vuelve a escena. A primera línea. Se lo ha ganado donde siempre lo hicieron los toreros: en la plaza. Y no en una cualquiera.
Su golpe de atención tuvo por marco la Maestranza de Sevilla y frente a una corrida de Miura. Una sorpresa, un impacto. El banquillo le ha convertido en un torero maduro y con fondo, capaz, atrevido, intuitivo, variado y ambicioso. Ha crecido en concepto. De sus palabras se desprende su satisfacción pero también su responsabilidad. La ocasión de caminar en el toreo le ha llegado y no quiere dejarla escapar. Con las duras o con la que sea, admite. Aquí una novedad. En juego, Manuel Escribano.
- “No es fácil aguantar lo que he tenido que soportar sin que nadie me echase cuentas. Hubo momentos en los que no tenía ni una vaca para entrenar. Pero jamás perdí la afición”
- “Tengo nueve años de alternativa pero no estoy visto. La ocasión me ha llegado en la madurez y lo debo aprovechar. Los que me recuerdan de novillero se van a encontrar con otro torero muy distinto”
- “La recompensa llega. Han salido ferias muy bonitas e importantes como Pamplona, Bayona, Arles, Azpeitia… y estamos pendientes de otras como Bilbao, Logroño, Albacete, Málaga”
(Foto: Arjona)
