La evolución experimentada en la última década por la arquitectura taurina, a través de grandes edificios multiusos, funcionales y dotados de excelente luminosidad por sus vanguardistas cubiertas, le debe mucho a Diego Garteiz. Su firma está detrás de cosos que han marcado un estilo como Logroño, Vitoria o Illescas. De su mano recorremos los caminos que se han abierto y los obstáculos que se han vencido para que este tipo de proyectos sean hoy una realidad y para que el futuro nos siga deparando nuevas ideas y nuevos escenarios.
Diego Garteiz, arquitecto: “Al principio recibimos críticas pero el tiempo nos ha dado la razón y ahora estos edificios se ven como una aportación necesaria”
“La lidia condiciona la arquitectura. Las querencias de los toros o los detalles propios de la actividad taurina marcan las pautas de diseño”
“Estábamos marcados por aspectos estéticos más que funcionales que el mundo del toro no estaba dispuesto a cambiar. Sin embargo, el tiempo ha dado carta de naturaleza a estos edificios por una razón de peso: su amortización”
“El secreto de estos espacios se encuentra en que ofrecen soluciones perfectas a ciudades que en un solo edificio cubren cinco o seis necesidades sociales”
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