-Prácticamente ha contado todas las actuaciones por éxitos imponiendo un ritmo frenético ¿Con qué se queda de todo ello?
-Con la sensación de haber cuajado toros y de la gran regularidad que he mantenido. Me han valido un número de animales muy grande.
-Han sido 17 corridas de toros, 41 orejas, 3 rabos y 2 indultos (Victoriano del Río y Puerto de San Lorenzo), saliendo a hombros en 15 ocasiones. Los números hablan por sí solos. Ha celebrado como toca su décimo aniversario de alternativa.
-Menos la corrida de Aranda que era de Miura. Le tenía cortada cuatro orejas y los toros con la espada metida no se echaron. Todos los días he cortado dos, tres o cuatro orejas.
"Busco la profundidad, torear cada vez más derecho, largo y muy despacio para ralentizar las embestidas"
-Su regreso a Francia ha dado que hablar.
-Es un país que de novillero tuvo una gran importancia y llevaba mucho sin ir, además es clave para cualquier toro. Regresar en una feria tan torista como Alés y salir triunfador me va a abrir muchas puertas. Sabía lo que me jugaba y ya se están estableciendo los primeros contactos, espero que sea un año bonito por territorios galos.
-En Mocejón, pueblo en el que reside, vivió un día muy emotivo a final de temporada en el que ofreció una gran dimensión.
-Indultar un toro del Puerto de San Lorenzo y otro de Victoriano del Río, y casi otro de El Pilar que fue extraordinario y se le dio la vuelta al ruedo… Fue una tarde soñada con la plaza llena y se consiguió un éxito rotundo. Además, con ganaderías con las que me une un cariño muy especial y conozco muy bien.
-Finalizó en Cazalla de la Sierra y pudimos contemplar a dos Esaú diferentes.
-Ofrecí distintas versiones porque el lote me embistió diferente, como la cara poderosa de mi toreo cuando el toro lo permite y no te pega veinte arrancadas buenas. En esa zona de cercanías disfruto mucho.
-Le ha hecho esas cosas a reses de Miura, Partido de Resina, Buenavista, José Escolar, Aurelio Hernando… cosa nada fácil.
-Con esas ganaderías cuesta más trabajo y tienen un plus de dificultad, pero la verdad es que he tenido suerte en ese sentido.
"Han tenido que pasar esos años para madurar y el 2022 va a ser el año en el que Esaú ocupe el sitio deseado"
- ¿Qué supone esta regularidad?
-Una inyección buena de moral. Ha venido a reflejar lo que ha sucedido durante la preparación del invierno. Le quiero dar las gracias a todos los ganaderos que me han abierto las puertas de su casa.
Volver al pasado para entender el presente. Esaú Fernández inició un proceso de cambio en 2019 y desde entonces todo ha seguido una línea ascendente, golpe a golpe. Ahora llama a las puertas de las grandes ferias con fuerza y con un aval que le da crédito y respeto. Pronto debe llegar la recompensa en plazas como Madrid, Sevilla, Bilbao…
-El toreo siempre ha sido justo cuando un torero da la cara, creo que la he dado y se ha visto. Ahora lo tengo que demostrar en los escenarios mayores.
-Los aficionados le han cantado una evolución como torero, ¿en que ha mejorado Esaú Fernández?
-Mi techo todavía está alto, el tiempo te da poso. Noto día a día que mi toreo va evolucionando. Busco la profundidad, torear cada vez más derecho, largo y muy despacio para ralentizar las embestidas. A todo eso se le suma mi carácter y mi forma de ser. Creo que el capote he mejorado bastante y con la espada suelo ser bastante seguro.
- ¿En qué momento se encuentra?
-Puede sonar a tópico, pero estoy en el mejor momento de mi carrera. Han tenido que pasar esos años para madurar y el 2022 va a ser el año en el que Esaú ocupe el sitio deseado.
- ¿Cuáles son sus aspiraciones?
-Aspiro a ser todo esto que ha venido sucediendo desde el año 2019, pero en los sitios importantes. Y que los aficionados lo canten y valoren para dejarle un poquito de huella.
-Soñemos con los puertos de primera... Que Sevilla, su tierra, se acuerde.
-Que así sea.