En que no se concibe en España una feria sin toros podemos estar todos de acuerdo, seamos o no aficionados. Pero, dadas las penurias económicas origen del recorte en el número de corridas celebradas en la geografía taurina española -¡benditos recortes!- hay que analizar nuestra realidad actual y adoptar medidas urgentes, si no queremos ver cómo crece la cantidad de plazas que deciden cerrar sus puertas porque abrirlas significa un negocio ruinoso. No me voy a permitir dudar de las intenciones del ministro de Cultura señor Wert, ni de su sinceridad cuando afirma que la adscripción del toreo a su Ministerio afianza la consagración de la Fiesta como bien cultural de la nación. Pero...
