Enrique Muñoz, artesano espadero de la tercera generación de fabricantes de espadas Luna, los más importantes de la tauromaquia, falleció este lunes en Madrid a los 87 años de edad. Enrique Muñoz heredó este oficio de manos de Enrique Luna Antequera, con quien empezó a trabajar desde muy joven en el taller en la Ronda Segovia de Madrid.
Muñoz aprendió el oficio, se especializó, le enseñaron todos los secretos para continuar haciendo aquellas mismas espadas que fabricó en su tiempo el valenciano Ramón Luna, primera generación artesana en la fabricación de estoques. Jubilado ya Enrique Muñoz, el heredero de este legado ha sido Juan Pablo Benito, que aprendió el oficio desde muy joven junto a su maestro Muñoz, y quien actualmente continúa fabricando las espadas de la misma manera artesanal de sus antecesores.
Las espadas Luna, utilizadas por todas las grandes figuras del toreo, son consideradas como las mejores. Todavía está presente esa máxima de que las espadas de Luna son las que más matan. Fue en Valencia, concretamente en el número 47 de la calle Borrull, donde tuvo su taller de fabricación de espadas el primer Luna, Ramón, que llevó hasta lo más alto un oficio que luego heredó su hijo Enrique Luna Antequera, quien lo transmitió a Enrique Muñoz.
La redacción de Aplausos envía mediante estas líneas sus condolencias a sus familiares y amigos por esta sensible pérdida. D.E.P.