La feria no tuvo el colofón que se merecía. La muy rematada y astifina corrida de Fuente Ymbro, la más ofensiva de todo el abono, estuvo por debajo de las expectativas. Ricardo Gallardo buscaba esta tarde en Bilbao un triplete que hubiera supuesto un hito, ver un tercer azulejo a la mejor corrida de la Semana Grande de forma consecutiva. Nadie lo ha conseguido, lo que da cuenta de la dificultad de la empresa. Tendrá que seguir perseverando. A la corrida no la rescató ninguno de los seis toros titulares sino un sobrero, lidiado en tercer lugar, un Hostelero bravo de verdad que cayó en manos de Fernando Adrián.
Ese primer toro del lote de Adrián dio guerra para enchiquerarlo en el apartado de la mañana. Reacio a tomar las puertas, fue clave la habilidad y el oficio de los corraleros. Cuando saltó al ruedo, enseñaba las palas por delante y eso le daba una tremenda seriedad. Al tercer lance, perdió las manos y se lastimó. El sobrero, el toro del rescate, rompió a embestir en la muleta en bravo, vibrante en sus arrancadas, importante por la forma de repetir incansable, por la prontitud en cuanto el madrileño le presentaba la muleta, por la humillación. Toro de los que traía un triunfo grande. La faena tuvo la emoción de la entrega en cada embestida de Hostelero y la disposición y las ganas del madrileño. En labor encimista, se pegó un arrimón en la parte final para calentar aquello que hasta ese momento estaba entre dos aguas. Se dejó llegar y rozar las dos perchas del fuenteymbro y eso volvió loco al público. Mató de una estocada entera y paseó la única oreja de la tarde en su debut en esta plaza.
Pesó en la tarde lo que sucedió antes y después de Hostelero. El noble y aplomado sexto se dejó pegar muchos muletazos y eso hizo Fernando Adrián en una faena abundante y larga. El madrileño anduvo dispuesto por encima de otros logros y en la corta distancia de nuevo, con alardes, desplantes y cambiados por la espalda trató de conectar con los tendidos que esta vez no entraron en la faena.
Fortes, en su regreso a Vista Alegre, brindó la faena a Diego Urdiales tras su monumental faena del viernes. La actuación del malagueño fue el reflejo de su gran momento. Una faena seria, de un valor sin alharacas. Le consintió todo y más a un toro alto, montado y que llevó la cara a la altura de los hombros. Aguantó parones con pasmosa serenidad. Y tragó la nula entrega del toro. Tan asentado y firme toreó, que logró una extraordinaria serie al natural toreando con los vuelos, de un ajuste sobresaliente. Acabó rajado el fuenteymbro. Lo mató de una estocada desprendida al encuentro muy habilidosa. Blando, apoyándose sobre la manos, quizá hasta lastimado, el otro de su lote no podía. No encontró tampoco el mimo necesario para obrar el milagro el malagueño.
Paco Ureña contó con dos toros de distinta condición. El que abrió plaza marcó pronto sus querencias hacia los adentros y a irse suelto. En el segundo estatuario de la apertura, un batacazo que retumbó sobre la arena y que pareció acusar el toro pero no tanto como su condición rajada y a la defensiva. Lo despenó de una estocada muy defectuosa. Al otro del lote le dio buen trato en las primeras series sobre la mano derecha. Fue toro de dócil manejo. Templado el murciano, en tandas cortas, administró las fuerzas y el fondo justo hasta que se apagó, que fue cuando cogió la mano izquierda. Desde ahí, alargó una faena que ya no tenía mucha historia.
Bilbao. Sábado, 23 de agosto de 2025. Toros de Fuente Ymbro (3º, devuelto), muy bien presentados, serios, astifinos, corrida ofensiva y rematada; de deslucido juego en conjunto salvo el tercero bis, de bravo comportamiento. Paco Ureña, silencio y ovación con saludos; Fortes, ovación con saludos y silencio; Fernando Adrián, oreja con petición de la segunda y silencio tras aviso. Entrada: Algo más de un tercio de plaza.
