Morante respondió con torería a Ferrera ante el quinto al que recibió con gusto a la verónica y con el que también se lució en un quite de tres verónicas con el toro yéndose y una media muy lenta de verdadero escándalo. Destacó también Carretero en banderillas y ya en faena el de La Puebla logró después cuajar una obra pinturera, de arte y ensayo, de gusto y duende, con detalles que maceraron una obra única. Excelso el final del trasteo en redondo y al natural -de uno en uno- con sabor. Cambios de mano rítmicos y un toreo por abajo como preludio a la estocada en la cruz que hizo rondar sin puntilla el de Alcurrucén. Dos orejas y éxtasis en el público. Con el segundo de la tarde no pudo ser. Aplomado el toro, no quiso saber nada del matador quien tras probarlo sobre ambos pitones, intentó rematar la actuación sin suerte.
Completó cartel Roca Rey quien también logró doble trofeo en el tercero del festejo. Con éste el peruano se gustó en el capote meciendo un quite arriesgado por chicuelinas en el que el toro se acostaba. Siempre quiso ir a su aire el de Alcurrucén pero Roca Rey lo entendió y con mucho poder y dominio lo fue metiendo en la muleta. Imponente el diestro, le cuajó un trasteo dominador y poderoso donde tras varios molinetes lo sometió por abajo rompiéndolo en intensidad y elevando la emoción de la obra. Manoletinas y estocada poderosa. Dos orejas. Con el que cerró plaza se volvió a ver a un torero pletórico y consciente de su momento que estuvo siempre por encima del toro, al que le cuajó un vibrante inicio de rodillas en los medios. Faena valiente, de exposición y entrega que por el mal manejo del acero quedó en premio menor.