César Rincón perpetúa quince años después la ganadería que formó y modeló Felipe Lafita. Lo reconoce como gran virtud en su trabajo de estos tres lustros: haber mantenido la categoría y los parámetros esenciales de comportamiento de quien hizo grande El Torreón.
No es sencillo y más en estos tiempos duros para el campo bravo. La dificultad radica en mantener virtudes como la clase, la nobleza, la casta y esa bravura fundamentada en el fondo y una fijeza que Rincón define como básica. Un legado genético y morfológico. Méritos y honores.
- “Mi gran logro es haber podido sostener la ganadería en los mismos parámetros que tenía cuando Don Felipe Lafita la dirigía”
- “La casta debe estar asentada en la nobleza y en la fijeza. Casta es poder y transmisión, y también es clase para acometer por abajo con recorrido”
- “No creo en la bravura que se muestra en el caballo como ocurría antes. El toro debe desarrollar su potencial en la muleta, siguiéndola por abajo con ímpetu. Ahí saca un toro su capacidad real y su fondo de bravura”
(Foto: Arjona)
