Filomena también ha cubierto de blanco algunas ganaderías de bravo de la Comunidad Valenciana. En la finca La Fonteta, perteneciente al término castellonense de San Mateu, las vacas y machos de Pedro Jovani luchan contra el frío y el temporal de nieve que azota la zona. “Aquí no suele nevar nunca. Llevo veinte años en esta finca y jamás había visto una nevada como la de ahora. Aquí si cae la nieve dura muy pocas horas, pero en este caso no está siendo así y tenemos cuatro o cinco centímetros de nieve cubriendo toda la finca. No es poco teniendo en cuenta que la vaguada en la que se encuentra la explotación apenas está a 175 ó 200 metros sobre el nivel del mar”.
Pedro Jovani: “Aquí no suele nevar nunca. Llevo veinte años en esta finca y jamás había visto una nevada como la de ahora”
Aunque el agua que provocará la nieve cuando se derrita ayudará al crecimiento de los pastos, el propio ganadero matiza que “lo que va bien para el campo no siempre va bien para los animales, en este caso por la humedad”; y explica todo seguido: “Son días en los que hay que dar de comer más a los animales para ayudarles a salir adelante. El toro es un animal rústico, suele aguantar bien climas duros si está bien alimentado, pero aun así en ocasiones puede producirse alguna baja. Nosotros hemos tenido dos estos días: un macho y una hembra”.
Jovani: “El toro es un animal rústico, suele aguantar bien climas duros si está bien alimentado, pero aun así en ocasiones pueden producirse bajas. Nosotros llevamos dos”
A pesar de la borrasca y de todos los contratiempos, en La Fonteta no cesa la faena. “Tengo a dos trabajadores conmigo pero hoy mismo han subido cuatro amigos para ayudarnos a apartar unos toros y mover los animales de un cerrado a otro”, señala Jovani. “Los animales comen igualmente y aquí no se puede parar. Vamos todos bien abrigados, aunque en el campo, cuando trabajas de verdad, al final acaba sobrándote toda la ropa”, bromea.
DANIEL RAMOS, METRO Y MEDIO DE NIEVE EN PUERTOMINGALBO
Otro ganadero castellonense, Daniel Ramos, ha visto cómo la nieve cubría en más de un metro y medio su finca de Puertomingalbo, ubicada entre las provincias de Castellón y Teruel. “Hay acumulado 1,60 metros de nieve”, señala. “Habitualmente allí llevo a las hembras después de haberlas herrado y las mantengo hasta que las bajo a Les Ermites -la finca de Borriol (Castellón) donde pastan los machos y las vacas de vientre- para tentarlas. Ahora mismo tengo treinta añojas para eralas en Puertomingalbo y como normalmente en esa zona el clima es más duro he levantado unos techados para que, junto a las carrascas, las vacas puedan guarecerse cuando el clima se complica. De todos modos si los animales están gordos el invierno siempre lo pasan mejor”.
Por otro lado, en Les Ermites ha caído agua en abundancia y se ha formado algún hielo: “La camada de toros está en medio de agua y barro, como las madres de la ganadería, pero los animales están bien, con eso no hay tanto problema”.
Daniel Ramos: “En Puertomingalbo hay 1,60 metros de nieve. Ahora tengo allí treinta añojas para eralas, pero cuentan con unos techados para que, junto a las carrascas, puedan guarecerse”
En 2020 Daniel Ramos tenía vendidas seis novilladas sin caballos, tres con caballos y una corrida de toros, pero la pandemia frustró todos los planes: “Solo he quitado el desecho de los erales, que los maté a puerta cerrada para la Escuela de Tauromaquia de Valencia, pero lo demás me lo he quedado todo. No he mandado nada al matadero. A ver si 2021 nos permite darle salida en la plaza”.
El presidente de los ganaderos autóctonos de la Comunidad Valenciana, Fernando Machancoses, señala que la situación derivada de Filomena y sus efectos agrava todavía más la complicada situación que atraviesan los criadores de bravo desde la irrupción de la Covid-19: “Una nueva desgracia”, resume elocuente al respecto.
Según informa, “las ganaderías que están siendo más afectadas por el temporal son las que están ubicadas más al interior de la Comunidad Valenciana, en las proximidades de Teruel, como las de la comarca del Alto Palancia, donde han caído fuertes nevadas”.
“El ganado puede aguantar con facilidad hasta diez grados bajo cero, pero con las crías sí puede haber problemas. Algunas de ellas pueden llegar a morir”
Aunque el ganado soporta bien las bajas temperaturas si está bien alimentado –“puede aguantar con facilidad hasta diez grados bajo cero”, admite- el problema en este tipo de situaciones, tal y como recuerda el propio ganadero, puede darse con las crías: “Estamos en época de parideras y algunas de ellas si nacen en fechas tan complicadas como estas pueden llegar a morir”, admite.
Tanto en la ganadería de Machancoses, ubicada en localidad valenciana de Picassent, como en otras próximas al litoral no ha llegado la nieve, pero sí la lluvia, aunque afortunadamente ha caído de forma moderada sin que afecte en exceso al ganado.
