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Finito, Capea y Ureña, nueve orejas y dos rabos en Béjar

Comenzó la tarde cruzada con la muerte del primero al rematar en el burladero y en su lugar saltó un sobrero de San Mateo, propiedad de El Capea. Fue un toro flojo en los primeros instantes de la lidia pero que se vino arriba en la muleta de Finito, que protagonizó una bella faena, con torería y gusto sobre ambas manos. Remató de estocada tendida, cortando una oreja. Con su segundo, Finito firmó con el de Vellosino, justo de presencia y cornicorto, una faena exquisita al natural que fue brindada al Niño de la Capea. Muy grande el de Córdoba, inspirado y con sabor, interpretando su toreo puro, elegante y artista, lleno de distinción. Estocada y dos orejas y rabo.

El Capea saludó a su primero con dos largas cambiadas muy jaleadas, lanceándolo después a la verónica. Brindó su actuación a López Chaves e inició una vibrante faena con un toro que embistió con nobleza aunque con pocas fuerzas. Faena de entrega en su buen y templado hacer que remató de pinchazo y estocada. Al quinto lo lanceó con enjundia, sufriendo un susto al comenzar la faena de muleta, que inició de hinojos, ya que fue arrollado contra las tablas. Se levantó, y, enrabietado, con las dos rodillas en tierra, terminó una actuación que fue premiada con una oreja.

El tercer espada, Paco Ureña, con un vellosino justo de presencia, abierto de cuerna y sospechosa, toreó bien a la verónica, aunque lo grande llegó en una faena de muleta profunda y con sabor. Elegante y puro ante un toro noble pero de escasa fuerza, el murciano lo cuajó sobre la diestra, donde regaló pasajes plenos de torería, al igual que al natural, por donde toreó muy despacio. Finalizó con unos torerísimos ayudados a dos manos y mató de estocada. Dos orejas y rabo. Con el que cerró plaza sumó un nuevo trofeo.

Béjar (Salamanca). Sábado 8 de septiembre de 2018. Toros de Vellosino y un sobrero de San Mateo (1º bis). Finito de Córdoba, oreja y dos orejas y rabo; Pedro Gutiérrez "El Capea", dos orejas y oreja; Paco Ureña, dos orejas y rabo y oreja. Se guardó un minuto de silencio por Angelete, el torero que más veces toreó en esa plaza. Entrada: Casi lleno.