Dos puertas grandes en Albacete y otras dos en Murcia han vuelto a poner el nombre de César Jiménez en boca de todos. Está acabando el año como lo empezó en Valencia, triunfando, y eso es buena señal. Sigue firme en su obsesión por torear con libertad, sin que pueda con él la presión de la necesidad del triunfo y sacar así la esencia más pura de su toreo. Esa consistencia, lenta pero sólida, le está dando sus frutos y asegura que así volverá a las ferias. Ese es el camino que quiere recorrer para tomar un nuevo tren del que no pretende descolgarse nunca más.
“He podido entrar en alguna sustitución pero no ha sido así. Falta buen gusto en los empresarios para dar oportunidad a quien lo merece”
“Si la meta es el triunfo como único objetivo, no tendría futuro. Mi meta es conseguir hacer bien el toreo y así llegará el triunfo”
“No me vale cortar orejas como sea. Ahora los triunfos deben tener solidez o, de lo contrario, es pan para hoy y hambre para mañana”
“De Madrid salí con la sensación de que iba a ser capaz de volver a triunfar en esa plaza y con la seguridad de que lo haré”
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