“Lo de los pitones se está convirtiendo en una obsesión, los quieren con mucho pitón, ofensivos, recogidos arriba, que no abran, que no sean cornidelanteros, que si el perfil…”
LOS ENCUENTROS CON FUENTE YMBRO, AQUÍ
-¿Te gustan los premios?
-Dan alegría, claro.
-Y alguna decepción.
-Me quedo con las alegrías. Son la recompensa para todos los que formamos Fuente Ymbro.
El salón donde nos encontramos es un museo. Cabezas de toros, más de un ciento, de las que le dieron fama y alegría a la casa, todas perfectamente reconocibles lo que habla bien a las claras de la profesionalidad del taxidermista y de esa memoria imborrable de ganaderos y toreros. Para prueba la reacción de Antonio Ferrera que ha entrado en el salón y sin apenas tiempo ha mirado hacia arriba y ha señalado: “Ese es Infractor”. Lo ha reconocido al momento, por lo bien que estuvo con él en Pamplona y por haberle cortado la oreja. “Y este otro es Tramposo”, continuó Ferrera. Se refiere al 150, el de los setecientos kilos que se llevó el premio Carriquiri del San Fermín 2010. El resto del inmenso salón lo ocupan fotos, trofeos, pergaminos, estatuillas y galardones, unos clásicos y otros la mar de extraños, que hay gustos para todos, procedentes de todas partes de España. Gallardo no quiere señalar ninguna preferencia, “todos son importantes”, pero me consta su satisfacción por el Hierro de Oro que le otorgaron al finalizar la temporada 2012 los compañeros de Radio Nacional, que recientemente le acaban de volver a reconocer por la temporada 2015, porque en ambos casos resumen una temporada grande que es algo más que el golpe afortunado de un toro bueno y hablan muy a las claras de una gran regularidad en las plazas de la Champions como las llama Gallardo.
Fotos: ARJONA
-¿Qué tal te llevas con los presidentes?
-Bien. Me llevo bien. Pero este año me han escamoteado cuatro vueltas al ruedo indiscutibles en plazas de primera. En Valencia, Sevilla, Madrid y Logroño debieron sacar el pañuelo azul.
-Esa se podría considerar una opinión de parte, interesada.
-Es la misma opinión que expresó la crítica de manera muy unánime, la que manifestaron cientos de aficionados, pero no quiero hacer una bandera de eso, ni caer en el victimismo. Pasó, me lo preguntas y te contesto. En el caso de Molinero en Logroño, hablaron incluso de indulto.
-Hablemos pues de ello como un problema general. Tendrá explicación. Pasa más veces. Quizás se deba a que los ganaderos no estéis bien considerados.
-Yo sí estoy bien considerado. Pasa que de la misma manera que hay toros que no embisten o toreros que un día no están bien, hay presidentes que en ocasiones no toman las decisiones correctas, ellos no son el Papa y también se pueden equivocar. Ocurre sobre todo si están pendientes de dar o no dar las orejas y lo acaba pagando el toro. Yo cuando veo que duda con la segunda oreja, por muy bueno que haya sido el toro, comienzo a temerlo, me digo verás…
-Ahí voy, a que cuentan los toreros por encima de los ganaderos o de los toros.
-A eso no tengo nada que decir. Yo entiendo que el protagonista principal es el torero. Con toda la razón del mundo además. De eso no me quejo, pero me da pena que un toro merezca reconocimiento y no se lo den. En esta cuestión influye también que en la plaza haya una proporción grande de público que es menos aficionado y no conoce tanto el toro y no pide esos reconocimientos.
PITONES DE DISEÑO
La charla se ha interrumpido para que atendiese una llamada que se convirtió en otra y en otra y en otra. Saca una calculadora sin dejar de hablar, da porcentajes, precios, cita lugares, modelos de muebles, da órdenes, habla con un chino o eso me parece a mí, luego me aclara que se trataba de un polaco, maneja costos por kilómetros, todo muy seguido, con una energía de imposible seguimiento, guarda la calculadora que a esa altura de su intervención ya se antoja innecesaria, la calculadora es Gallardo, manda y manda y de pronto se acuerda de lo que estábamos haciendo y me avisa ¡Un momento y nos vamos a ver los toros! Naturalmente estuve de acuerdo.
Para la temporada que viene en los cercados de Fuente Ymbro hay una camada de toros semejante o mejor a esta, en torno a doce corridas de toros, quizás alguna más, todas ya comprometidas, once de ellas para plazas de primera, Valencia, Sevilla, dos tardes en Madrid, Pamplona, Bilbao, Dax, Mont de Marsan, San Sebastián, Nimes y Zaragoza además de Logroño que como ya dije se puede considerar de primera y la francesa de La Brede. De novilladas solo lidiará en Arnedo, donde se llevó los premios el año pasado y hay una segunda que quisiera que fuese a un festival de lujo por puro bonita, porque la camada siguiente es más reducida y no quiere fallarles a los buenos clientes de la casa.
-La de 2017 es más corta y con menos trapío, por eso dos corridas que podría lidiar este año las voy a dejar de cinqueñas para el siguiente. Hay que mantener el nivel.
-¿Eres partidario de los cinqueños?
-Si no es necesario no. Yo los dejo por el tema de la báscula. Con esas caras tan serias que se piden hoy día hay toros que necesitan un año más para que echen el cuajo y los kilos que acompañen a esas arboladuras. Dar con la proporción de pitones y cuerpo necesita en ocasiones de un año más. Yo no veo otros motivos para dejar cinqueños porque yo no creo que el cinqueño embista mejor. Es lo que pienso.
-La dimensión de los pitones en muchas ocasiones es exagerada. Hablo de las grandes plazas.
-El tema de los pitones está llegando a convertirse en una obsesión. Y sin necesidad. Si nos atenemos a las exigencias por un lado de los veedores de las plazas, de los presidentes, de los veterinarios y por otro de los toreros al final va a hacer falta un compás. Quieren mucho pitón y muy ofensivo pero a la vez...
-Piden diseño.
-Pues casi. Que no abran, que no sean cornidelanteros, que si recogidos arriba, que mucha dimensión, que si el perfil…
-¿Dónde estaba escondido tanto pitón hasta ahora?
-En las propias ganaderías. Si salen es porque estaban ahí desde siempre. Si no les prestas atención puede que se vayan perdiendo y por el contrario si seleccionas pensando en ello, si buscas en las reatas, aparecen y acaban imponiéndose.
-Hablemos del mercado. Dicen que van a faltar corridas ya mismo.
-No creo. Lo que sí es posible es que dejen de sobrar tantas como sobraban hace unos años cuando llegaba un comprador y le pedías precio por una corrida y te decía que las tenías de este o de aquel a tanto menos o cuanto menos. Precios que debían sacar los colores a quienes los ofrecían. Yo no lo sufrí pero era así. Eso posiblemente no ocurra ya porque se ha equilibrado el mercado, pero de ahí a faltar toros, no.
-Pues se están anunciando corridas con dos de este o tres y otros tantos de otro.
-Pero eso viene más por las peticiones de los toreros que por problemas de existencias. Es consecuencia de los gustos de los toreros que se inclinan por nombres concretos. Yo quiero esta o aquella dicen y hay que traer de ese y de aquel o puede que al final todos quieran la misma y entonces... Este año va a haber muchas ferias con dos corridas del mismo ganadero porque la piden los toreros, luego sí hay toros. Es más una cuestión de despacho que de campo.
-¿Dónde está el problema pues?
-En igualar las corridas de toros para las plazas de primera. Tú puedes tener toros que uno a uno tengan el trapío suficiente, pero no tienes seis iguales y entonces no vale porque no es pareja y se te queda atrás. Juntar corridas que tengan trapío, volumen, pitones y que sean parejas… para eso hace falta una ganadería larga y eso está en contradicción con las reducciones de vacas que se han hecho.
-Tú redujiste.
-Ahora hace cuatro años de cuando quité más vacas, por eso la camada del año que viene es más corta.
-Pasaste de mil vacas a…
-No, no. Yo nunca pasé de seiscientas vacas. Jamás. Luego bajé a cuatrocientas cincuenta y ahora estaré por las quinientas otra vez. Es que yo no tengo fincas para más, a mí nadie me dejó fincas.
Y me recuerda que entre las dos fincas, Fuente Ymbro y La Salcedilla, junta unas ochocientas hectáreas a diferencia de muchos de los compañeros con los que coincide en las ferias que reúnen mil ochocientas y hasta dos mil hectáreas dedicadas a la ganadería. “Ojalá yo las tuviera, pero no”, insiste.
SOLUCIÓN DE LOS TANTOS POR CIENTO
-Todo eso nos lleva al territorio de la economía.
-Para que haya espectáculo y haya negocio lo que hay que hacer es coger la taquilla y que haya para todos. Lo que no puede ser es que nos lo llevemos o se lo lleven entre dos y a los otros tres o cuatro les cueste dinero. Ni le puede costar dinero a la empresa, ni los toreros pueden torear sin cobrar lo suyo, ni el ganadero debe irse sin lo que cuesta de criar un toro. Hay que buscar la fórmula para que esas taquillas se repartan. Y no me refiero a ningún espectáculo concreto sino a la gestión total de una plaza.
-Tú eres un privilegiado en esa cuestión.
-Sí, lo soy. Yo defiendo mi ganadería, pero no hablo por mí, yo lo que quiero defender es el espectáculo, que todo sea más ecuánime, más justo para todos los que participamos. Y si tengo que hablar por mí te diría que aunque no sea una necesidad perentoria ganarle dinero a la ganadería, desde luego no me gustaría que este disfrute le costase dinero a mi casa.
-¿Allá por dónde vas se escuchan quejas, qué hacer pues?
-Hasta que no nos movamos en tantos por ciento no hay solución. Habría que poner en un ordenador los costos de cada cosa y los aportes de cada cual y establecer los repartos y de esa forma unos días nos iríamos contentos, otros no tanto y otros disgustados pero lo que no puede ser es que, como ahora, siempre sean los mismos quienes se vayan disgustados.
-A propósito, ¿cuánto cuesta poner a pie de plaza un toro?
-En una ganadería de plazas de Champions de ochocientas mil pesetas no quites un euro.
-Pues la cosa anda jodida.
-Pues eso.
TENTADEROS A LA MODERNA
El campo pide agua y hay esperanzas de que hoy pueda aliviar su sed. La gente mira con insistencia las aplicaciones en el iPhone. Da un veinte por ciento de posibilidades... te dicen. Así de modernos se anda hoy día por el campo. Ya no hace falta saber de vientos, ni mirar por dónde vienen las nubes, ni por dónde vuelan los pájaros, ni fijarse en el trasiego de los ganados que son quienes mejor barruntan los cambios de tiempo, ahora se miran los móviles. A partir de las tres agua…, insisten. La insistencia tiene su porqué. Tres días de levante inmisericorde e inoportuno han dado al traste con los tentaderos y resecado la tierra. Hoy ha amanecido nublado, amenaza con llover, bendita amenaza. Comienza a chispear. Mejor todavía. El iPhone tenía razón. Me gustan los días de tentadero en los que la lluvia menuda mata el polvo y para el viento. Todo huele mejor, se siente el olor a tierra, el aroma del romero, de la retama, de los lentiscos y el piso de las plazas de tienta se suaviza. Hay quien asegura que hasta las vacas embisten más y más templadas. Hoy es uno de esos días y el personal rezuma optimismo. Servidor se muere de ganas y rabia a la vez por no poder torear. Malditos huesos. Ricardo está venido arriba.
-Los tentaderos es lo mejor que tiene esto. Es el sitio donde yo me lo paso bien y donde se lo pasan bien mis amigos, donde más disfruto. Me da igual que sea un tentadero de vacas o de machos o que metamos vacas de retienta. Y también es lo que te gusta a ti.
-Me gustaba más cuando toreaba.
-Lo que me costó -bromea- que te adaptases a esto. Venías con el sitio de los González, de muletita atrás y mimosa y no es lo mismo. Te costó cogerle el pulso a las fuenteymbras de muleta adelante y arrastrada.
-No me hagas decirte dónde disfrutaba más.
-Por eso mismo eres periodista.
-Y por más cosas. Aceptado el golpe, remato la broma.
-Yo gasto mucho en el campo pero no porque quiera hacerle favores a los toreros, que también, sino porque me gusta. Me resulta muy fácil decirle al mayoral tráete éste o aquél. Y no es una cuestión de que sea generoso, es que disfruto. Cuando lo paso mal es en la plaza como aquel día de Zaragoza… ¡uf!
En esos casos me cuenta que siempre se le van los pensamientos al campo y sueña que si tuviera una economía que se lo permitiese mataba todos los toros en Fuente Ymbro y que si le salía uno como ese de Fandiño le duraba en la plaza un suspiro antes de abrirle la puerta.
-Además en el campo podrías expresarte mejor, bromeo, allí podrías moverte y decir a tu aire.
-Fíjate tú, estando en mi casa cómo sería. Si en la plaza no se me puede poner nadie al lado, estando en mi casa imagina. El primero tendría que estar a cinco metros. Pero eso es una forma de vivirlo. Y si no lo viviese así me estaría mintiendo a mi mismo. Tendría que estar más pendiente de retraerme que a ver lo que debería ver.
No hay costumbres ni hábitos fuera de lo normal en los tentaderos de Fuente Ymbro más allá de que el propio Ricardo estudia y decide qué vacas hay que encerrar y en qué orden deben salir a la plaza. Por lo demás libertad dentro del bien torear. Está permitido saltarse los rigores de aquellos tiempos en los que en los tentaderos no se podía rechistar ni se dejaba torear de capa a las vacas o era obligado probarlas por los dos pitones antes de pararse a torearlas con la muleta si es que antes no escuchabas aquello tan frustrante de ¡puerta ya! cuando comenzabas a saborearla o se ponía una cuerdecilla en mitad del ruedo y había que dejar la vaca colocada en ese mismo punto para que fuese al caballo y no valía otro terreno.
-Alguna vez cuando veo que los más allegados como Perera o el Fino le salen a una vaca pegándole lances o cogen la muleta para torear directamente al natural pienso que si los antiguos nos viesen nos pegaban un ladrillazo. Pero yo creo que lo que hay que hacer por encima de todo, es torear bien. Yo no soy maniático en los tentaderos, o eso creo yo.
-¿Cuántas veces hay que ponerlas al caballo?
-Las que tenga cada vaca. No tiene por qué haber necesariamente un número obligado de entradas al caballo. Si una vaca ves que es mansa al segundo puyazo para qué la voy a poner más veces, ¿para darle un empujón al caballo o al picador?... Y al contrario, si una vaca es brava en el tercer puyazo para qué la vas a poner más veces, si es brava, es brava, si la has visto para qué llevarla seis o siete veces. Si al tercero o cuarto puyazo no has captado la densidad de bravura que marca, o ella es muy mentirosa o los que estamos viéndola somos muy torpes. ¿Sabes qué pasa también?...
-¿Qué?
-Que al menos en nuestro encaste el noventa y nueve por ciento marcan en la muleta lo que han sido en el caballo. Una vaca que mansea en el caballo, de mitad de faena para adelante acaba manseando y yéndose a las tablas. Fijo. Y las que al tercer o cuarto puyazo tiran para adelante aguantan la faena hasta el final. En el toro de domecq la faena de muleta es un espejo de lo que ha hecho en el caballo y al revés.
Hoy torea Ferrera. Un caso de transformación artística. Lo bordó con las vacas, se sintió, exhibió un nuevo registro de su tauromaquia, dice que lo ha encontrado a fuerza de reflexionar. Ese día dio rienda suelta a su sentimiento, expuso un repertorio deslumbrante, disfrutó como nadie y nos hizo disfrutar. Por todo eso acordamos Un encuentro en exclusiva, un trabajo para él sólo que verá la luz este invierno.
Camino de la plaza, en el cercado de la cuesta que lleva de la casa a la plaza un jabonero imponente, astracanado el morrillo, los pitones del color del caramelo y la mirada viva, sigue atento nuestros pasos marcando territorio, vigilante de su harén. Es un tío, cinco años para seis. Mimoso me advierten que se llama, hijo del Filigrana, un trancazo en el embarcadero contra una puerta cuando estaba a punto de viajar a una plaza de postín, le dejó temblando y a pie. Nunca acabó de recuperarse como se aprecia en su renquear por el cercado pero me aseguran que tiene el equilibrio necesario para cumplir el oficio que le había deparado el destino, semental. Le han apartado una veintena de becerras y quedará a la espera de cómo ligue. Reata tiene para esperar lo mejor y las hechuras son de plaza de primera.
-Ricardo, retomo la charla ya en el palco de la plaza, vayamos a los conceptos que manejas en la selección.
-Yo manejo cuatro conceptos. Bravura que es lo primero, después la toreabilidad, luego la fuerza y al final la transmisión. Esas son las cuatro condiciones que necesita un animal para dar un espectáculo.
-¿Por ese orden?
-Yo los puntúo por ese orden. Sin bravura no hay nada que hacer. Bravo y que no se deje dar un muletazo tampoco vale. Sin fuerza ya se sabe, ruina. Luego la transmisión que es lo que pone de acuerdo a todo el mundo sepa o no de toros. Si un toro tiene las primeras condiciones pero si luego, como decía el tío Perico, es muy penicilino, será de cortarle las orejas, pero ese no dice nada y no me va.
La visita a la camada, los indultos, la alimentación con el maldito pienso al fondo, el momento político y la crisis taurina, el divorcio Fuerte Ymbro-figuras y demás cuestiones, serán temas del próximo capítulo.
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