Esta entrevista se realizó durante las Fallas de 1981 en el hall del Astoria, por aquel entonces lonja de contratación de primer orden, redacción volante de los principales medios informativos y punto de encuentro de aficionados, toreros, ganaderos, empresarios... Manolo Chopera, al que acababan de conceder la plaza de Las Ventas, jugaba sus nuevas cartas empresariales, todos sabían de su dureza pero también del valor de su palabra… era la estrella del que todos estaban pendientes. En torno a un velador cerraba acuerdos con enérgicos apretones de mano y planeaba una temporada que para su prestigio personal y para el toreo en general era clave. En un resquicio de aquella actividad febril tuvo tiempo para el entrevistador. Treinta y cuatro años después aquellas opiniones, que resumimos ahora, siguen teniendo plena vigencia.
- “Algo de fama de autoritario sí tengo y puede que tengan razón. En cambio en casa no soy nadie. Creo que es necesaria la autoridad, sin ese defecto o cualidad, es imposible ser un buen empresario”
- “El poder del empresario tiene que ser el poder del público. Si quieres ser un buen empresario tienes que darle lo que quiere ver”
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