Es cierto que los gestos y las genialidades salpimentan la Fiesta de los Toros, cuando se hacen ante el toro con el trapío que corresponde a cada plaza, según los criterios que las catalogan como de primera, segunda y tercera. Hay toreros que han protagonizado acciones no bien comprendidas por todos, que les ayudaron a gozar de una mayor popularidad e incluso aprecio de la afición, ese ente abstracto pero a la vez muy real que con el boca a boca le da vida al toreo, magnificando a veces lo ejecutado en el ruedo.
