Ser “figura del toreo” es ahora la máxima aspiración de todo el que se viste de luces. Cuando comencé a frecuentar las plazas de toros –ya ha llovido mucho- a los que asumían el liderazgo de la Fiesta con sus triunfos en las principales plazas del universo taurino –hoy se habla y escribe también de las temporadas americanas y francesas- no se les denominaba “figuras” sino “toreros de cartel”· o “toreros de postin” y sobresalían porque, compitiendo con todos los demás, sin excluir ganaderías, demostraban ser “primus ínter pares”.
Lea el artículo completo en su Revista APLAUSOS
