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“Gloria a Julián, torero de época. Madrid, con su exigencia, echará de menos tu tauromaquia”

El Juli y Madrid. Desde las horas previas al festejo, no se escuchaba otro nombre que no fuese el de Julián en los aledaños de la plaza de toros de Las Ventas. Desde la tertulia más insignificante en una terraza de bar, hasta los grandes corros de aficionados. Solo un nombre, el de Juli y su adiós de Madrid.

Las Ventas reconoció al de San Blás tras el paseíllo. Una ovación en el tercio como pocas se recuerdan. Un torero con un nudo en la garganta, los ojos húmedos, y unos tendidos con lágrimas para homenajear a un torero de trayectoria. Un torero que ha tenido sus más y sus menos con esta plaza y para la que sin embargo, es un torero que ha marcado generaciones.

Vestido con un terno berenjena y oro, con bordado de hojas, trenzó el madrileño el paseíllo. Una tarde que abrió haciendo las delicias con el capote. Los tendidos corearon la manera de mecer las muñecas del madrileño. Primero en el recibo y después llevando al caballo, ajustado, despacio y haciendo que los decibelios de la plaza se disparasen. No fue su toro, pero desde el callejón, con vergüenza torera, El Juli escuchó una ovación única. Unas palmas de reconocimiento que supieron a gloria.

Las dos orejas al segundo de su lote fueron el reconocimiento a una trayectoria sin igual. Julián se reencontró con Madrid, con su plaza, en la que creció como aficionado. Dos orejas que recompensan 25 años de alternativa. Los máximas trofeos para un matador que ha vivido desde su niñez en la cima del toro. Un torero que ha vivido por y para el toro, y para el que Madrid guardaba su tercera puerta grande con sabor a tarde para la historia.

Disfrutó el madrileño de una vuelta al ruedo sensacional. Brindó su primero a Isabel Díaz Ayuso y guardó para el segundo un brindis a su público, al de Madrid, a su plaza. Unos tendidos que se entregaron a la grandeza del torero.

Cierro estas líneas con lágrimas en los ojos. Con el convencimiento de despedir en hombros un torero único e irrepetible para el escalafón. Estos 25 años de alternativa son un regalo para la historia de la tauromaquia. Hoy Sevilla dará su adiós a un torero que para siempre habrá marcado el corazón de generaciones de aficionados.

Se apaga una luz en Madrid que brillará para siempre como uno de los grandes nombres que la tauromaquia ha dado. Gloria a Julián, torero de época. Madrid, con su exigencia, echará de menos tu tauromaquia.