No es lógico que una figura del toreo a caballo como Sergio Galán no llegue a las 15 corridas toreadas. Su decisión de no aceptar lo que le ofrecían en Madrid, su independencia y la reducción de espectáculos que sufre el sector, han condicionado un año donde el de Tarancón se reivindicó con fuerza en Pamplona por San Fermín, en Albacete o en Mont de Marsan, además de un puñado de faenas escondidas, como la que firmó en Herencia. Rejoneador clásico y puro, Galán defiende su fidelidad a unos principios y los logros cosechados con una cuadra muy personal y muy variada.
- “Después de la gran temporada 2012 me ha sorprendido lo que me ha costado torear en 2013. Fíjese que no arranqué hasta Pamplona”
