Detrás de su timidez se esconde una tremenda ambición por ser torero. Con apenas veinte años no esconde su hambre de gloria aunque admite que le queda mucho camino por recorrer. En apenas ocho novilladas ha presentado sus credenciales en plazas como Huelva y Sevilla, donde impactó por su valor, compromiso y determinación.
- “Lo mínimo que se le puede exigir a un novillero es la actitud y que demuestre las ganas de querer ser torero de verdad”

