Foto: Alberto de JesúsCada temporada, emergen nuevos nombres gracias a las escuelas pero especialmente al gen milagrero que siempre acompañó al toreo o mejor pónganlo a la inversa, primero el gen y luego las escuelas. Un ciclo que nunca falta a la cita, ese es el milagro. A cada decepción, que las hay, le contra programa un nuevo nombre. Y milagro sobre milagro, los aficionados nos rehacemos de la decepción anterior y volvemos a creer, volvemos a ilusionarnos y a contarlo… He visto un chico que… E inmediatamente el toreo se pone en modo alerta en tertulias y mentideros. El último nombre que ha engrosado esa lista de jovenes emergentes, corresponde a un chavalín del pueblo valenciano de Mislata, que se anuncia como Israel Guirao, al que como verán, por lo logrado hasta ahora, hay que seguirle.
Sí, porque desde que comenzó la temporada ya era frecuente que profesionales y los aficionados que siguen los festejos menores, pusieran el acento en destacar la progresión artística del alumno Guirao. Evolución que venía avalada además por destacar en casi todos los certámenes que convocan las escuelas, por anotarse algunos de cierta relevancia, como el celebrado en Nimes allá por el mes de mayo; conquistar el Bolsín Rosquilla de Oro de Ledesma; el Almendro de Plata, del pueblo granadino de Gor; ser el triunfador de certamen de novilladas sin caballos de Navalperal de Pinares; ganar el Bolsín de Candeleda…
Y sobre qué base se sustenta lo comentado. Según se pudo ver el pasado sábado a través de Canal Sur, de la actuación que tuvo en la plaza de Linares, pues en una torería llena de matices clásicos. En buena parte soportados en una sólida disposición, técnica y soltura que hace concebir que atesora condiciones como para creer que puede haber torero, tratándose de un jovenzuelo que debutó en festejo formal vestido de luces el pasado 19 de marzo en Ontur. Su actuación fue toda una reválida de final de curso, resuelta con nota alta al superar con brillantez las dificultades que le planteó el morito de Sorando. Si sigue progresando con los utreros de igual manera, podemos estar ante una grata noticia que a Valencia le vendría de perlas. A cuidarlo.
