Pablo Hermoso de Mendoza, único torero capaz de cortar oreja en el festejo celebrado en la Santamaría de Bogotá, declaraba a la muerte de su primero: "El toro daba muchos arreones, su embestida era difícil de templar y los caballos han pisado terrenos muy comprometidos sabiendo además que el toro estaba apretando bastante".
Por su parte, Miguel Ángel Perera, que contó con un lote muy deslucido, explicaba a los micrófonos de RCN Radio: "Mi primero me esperanzó de salida, pero cuando me puse en corto para hacerle el toreo de verdad no quiso romper y sacó malas ideas, quedándose corto en todo momento. El otro fue noble pero sin empuje. Intenté sacarle partido pero fue imposible. Por lo menos lo maté bien".
