El coso de Durango lució un lleno impresionante para ver a Pablo Hermoso de Mendoza, Arturo Macías y el novillero Antonio Lomelin y no salieron defraudados de la plaza de toros “Alejandra”. Hermoso de Mendoza volvió a demostrar una vez más su maestría ante dos toros de distinta condición. Supo limar la brusquedad del primero a base de temple y consiguió que se entregara. Lástima que no mató al primer intento y el puntillero tampoco anduvo acertado, con lo que se enfrió la petición. Su segundo toro comenzó de una manera peculiar, ya que antes de que comenzara la faena, Hermoso fue padrino de una petición de mano en la misma plaza de toros. Después tuvo que enfrentarse a un toro parado y poco colaborador. Con “Garibaldi”, “Van Gogh”, “Dalí” y, sobre todo, “Pirata” consiguió hacer una faena intensa que le valió las dos orejas. Le acompañó a hombros un rotundo Arturo Macías, quien cortó las dos orejas de su primero y las dos orejas y el rabo de su segundo. Ante una afición completamente entregada, Macías mostró una vez más el buen momento por el que atraviesa su carrera. El novillero Antonio Lomelin, también estuvo a la altura y desorejó por partida doble al último animal del festejo. Novillos de D’Guadiana (1 y 6) y toros de Fernando de la Mora (2 y 4) y D’Guadiana (3 y 5). Antonio Lomelín: Silencio y dos orejas; Pablo Hermoso de Mendoza: Silencio y dos orejas; Arturo Macías: Dos orejas y dos orejas y rabo. Entrada: Lleno de “No hay billetes”.
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