El novillero Marco Pérez derrochó heroicidad y pundonor tras ser cogido hasta en dos ocasiones cuando estaba cuajando una faena importante al encastado quinto de Fuente Ymbro, al que había recibido a portagayola en una labor de gran intensidad en su gesta en solitario en San Isidro.
Dos volteretones que sobrevinieron en las postrimerías de la faena, cuando lo estaba toreando al natural, siendo lanzado por los aires en dos estampas sobrecogedoras. Sin mirarse, se rehizo volviendo a la cara de su oponente con arrojo. Lástima que lo pinchara perdiendo un premio de ley. Vio una merecidísima vuelta al ruedo.
Las secuencias fotográficas de ambos percances, en el objetivo de Javier Arroyo.