El Quiebro

I have a dream

Ramón Bellver 'El Blanco'
domingo 19 de octubre de 2014

Nuestro mundo, tanto en la calle como en la plaza, gira en torno a un animal, rey de la fiesta, nos une eso y es nuestro factor común. Hagamos gala de ello. Ya se hacen cosas juntos, pero falta rematar la faena.

Un séptimo toro en corrida ordinaria en Zaragoza lidiado a cuerpo limpio por un grupo de recortadores y un salto de garrocha en el templo de las Ventas arman revuelo entre los aficionados más puristas, y con halagos y críticas se habla de toros.

Lo que más me llama la atención es ver una plaza como las Ventas en pie por un salto de garrocha, suerte ya casi en desuso en los espectáculos de recortes. Quiero decir, y sin menospreciar dicha suerte y su ejecución que por cierto fue impecable, que con las “sobras” de la Tauromaquia popular la gente que no está acostumbrada se emociona. Pues imagínense si el maestro Ferrera hiciese un quiebro del reverso y luego clavase un par en todo lo alto. Qué bonito sería. I have a dream.

Y luego, ver como taurinos profesionales que han criticado hasta la saciedad al Toro de la Vega, Tauromaquia popular pese a quien pese, realzan y vanaglorian la actuación de los recortadores como posible opción positiva para atraer más espectadores a las corridas de toros. Pues esos mismos que saltan y quiebran al toro con valor, también los hay en Tordesillas y les duelen las críticas sin fundamento vertidas sobre ellos. Qué incongruencia pedir Tauromaquia popular para atraer gente y decir que una parte de ella mejor se quite para bien de las corridas. No entiendo nada. Con lo bonito que sería ir todos cogidos de la mano. I have a dream.

Por otra parte, me gustaría saber si la remuneración económica de ese séptimo toro fue acorde al riesgo asumido o si, como siempre, fue una propina en B y a volar. “Dadle algo a los chavales que han saltado al toro”, y una palmadita en la espalda y “hasta luego Lucas”. Ni una muestra de respeto, ni sus nombres aparecen en crónica alguna, pero la plaza en pie y el toro en puntas. Con lo bonito que sería que los profesionales mostrasen algo de respeto por los buenos recortadores y no los viesen como “los chavales que saltan al toro”, sino como “los que lo torean a cuerpo limpio”. I have a dream.

Alguna figura del toreo ha mostrado su menosprecio a torear junto a recortadores en una fórmula parecida a la de la capital aragonesa, menos mal que alguna otra no solo les mostró su respeto, sino que les invitó a viajar con él por tierras sudamericanas.

También nosotros tenemos que rectificar comportamientos, y si queremos respeto debemos ganárnoslo dentro y fuera del ruedo, con nuestra forma de ser y de estar. Y no ser tan estúpidos de pensar que por pasarte un toro cerca sin muleta somos más valientes que los toreros. Respeto máximo hacia ellos, que torear pasándote por la faja al bicho durante veinte muletazos tiene el máximo valor y la máxima dificultad, por eso es la reina de las facetas artísticas y por eso solo un puñado de elegidos viven de ella. No entiendo ni concibo esos que dicen que les gusta el toro en la calle y no en la plaza, cuando el principal protagonista es el mismo, el toro bravo. Qué bonito sería mirar un tendido lleno de recortadores emocionados con una gran faena de un diestro y viceversa, mostrando respeto mutuo. I have a dream.

Vuelvo a reiterarme y puedo llegar a ser pesado, pero nuestro mundo, tanto en la calle como en la plaza, gira en torno a un animal, rey de la fiesta, nos une eso y es nuestro factor común. Hagamos gala de ello. Ya se hacen cosas juntos, pero falta rematar la faena. Qué bonito sería una fiesta unida y cuanto poder tendríamos. I have a dream.

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