Illumbe recupera la libertad

Importante tarde de López Simón, muy firme en sus dos turnos, malograda con los aceros.

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

FOTOS DE ANDRÉ VIARD DEL FESTEJO

Fotos: ANDRÉ VIARD

Dijimos que volveríamos y volvimos. Tras dos años sin toros en la plaza de toros de Illumbe, el coso donostiarra abrió de nuevo sus puertas a la Fiesta. A la Fiesta y también a la libertad y a la democracia. Muchas emociones y muchos recuerdos, entre ellos el del gran Manuel Chopera. En lo artístico, Enrique Ponce, cortó la primera oreja de esta reapertura tal y como ya hiciera en el festejo inaugural de 1998.

Abrió plaza un toro noble, manejable y blando, protestado por su falta de fuerzas. Ante él, Enrique Ponce realizó una faena sutil y de prodigiosa técnica en la que logró mantener en su altura al animal. Labor inteligente, un compendio de técnica y temple, que fue recompensada con una cerrada ovación por el respetable. Aplicó temple y corazón frente al manejable cuarto, un toro que no se empleó aunque sí tuvo movilidad. El valenciano hilvanó una faena elegante, valiente y entregada. Hubo ritmo sobre la mano derecha y el broche con dos bellos circulares con la pierna flexionada que fueron poéticos. Cortó una oreja tras una estocada casi entera que le obligó a utilizar el descabello.

El que hizo segundo se movió pero lo hizo de forma descompuesta y sin ninguna entrega. Toro complicado. José María Manzanares lo saludó con una larga cambiada y realizó un esfuerzo importante frente a un animal que nunca quiso ir metido en los engaños. Responsable el alicantino y con raza, sobreponiéndose a dos volteretas. Sinceridad y verdad en la labor de Manzanares que remató de un espadazo final. Se pidió la oreja que el palco no concedió. El quinto, deslucido, sin celo ni clase,no le dio apenas opciones al alicantino que tuvo que tirar de su oponente en una labor de severa disposición pero ayuna de lucimiento por la condición del toro.

Toro sin clase y mansurrón el tercero, marcando querencias a tablas sin ninguna entrega. Pleno de convencimiento López Simón, que cuajó una faena en la que logró sujetar con las muñecas al toro en los medios. Ajustado y aprovechando la inercia compuso una labor con carácter, poniendo todo lo que le faltaba a su oponente. Marró con el descabello tras una estocada corta. Tardó en caer el animal y saludó la ovación del público. Importante estuvo López Simón frente al áspero sexto, un toro con incierta embestida a pesar de su aparente movilidad. Valiente el madrileño, acertó a encelarlo, dándole ventajas y no dudándole ni una vez. Gobierno de López Simón, que se encajó y apretó con el toro. Jaleó el público la faena, que tuvo momentos notables de intensidad por el pulso y el ceñimiento. La espada emborronó el esfuerzo y la dimensión mostrada.

San Sebastián, jueves 13 de agosto de 2015. Toros de Torrestrella, bien presentados, de buenas hechuras, variada de capas, parejos y bajos de manos. De desigual comportamiento. El cuarto, bueno; exigente y nada fácil el segundo; manejable pero sin fuerzas el primero; deslucido y desfondado el quinto; con movilidad pero áspero el sexto.Enrique Ponce, ovación con saludos y oreja tras aviso; José María Manzanares, ovación con saludos y silencio; López Simón, ovación con saludos tras aviso en ambos. Entrada: Dos tercios.Durante el paseíllo el público, en pie, tributó una atronadora ovación a los toreros. La terna, antes de que saltase el primer toro de la tarde, fue obligada a saludar. Se desmonteró tras banderillear al segundo Curro Javier. Los tres toreros brindaron sus primeros toros al Rey Juan Carlos I.

Acceda a la versión completa del contenido

Illumbe recupera la libertad